De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), al llegar América a 1 millón 740 mil casos de covid-19 el pasado martes, este continente es ahora el epicentro de la pandemia. Superó a Europa, que era considerado el mayor foco de la enfermedad desde mediados de febrero. En el Viejo Continente los infectados son 1 millón 730 mil. Del total de América los Estados Unidos concentra cerca del 79% de las infecciones (1 millón 380 mil), y en solo Nueva York la cifra de contagios asciende a 340 mil.
La expansión del coronavirus, que comenzó en la ciudad china de Wuhan, tuvo su mayor expresión inicial en Asia durante enero y febrero; pero luego, durante marzo y abril, se dio un crecimiento exponencial de casos en países europeos como Italia,
España, Bélgica y Francia, los cuales ya comenzaron a reabrir la vida productiva normal, bajo
estrictos protocolos de bioseguridad.
Se presume que lo que está ocurriendo en Europa lleve a que los contagios sigan apareciendo, aunque tal vez no en el ritmo frenético de las primeras semanas. Lo cierto del caso es que la pandemia completa ya en todo el mundo unas 295 mil muertes (de 4,3 millones de contagiados), de las cuales cerca de 160 mil ocurrieron en Europa. En América los fallecimientos son poco más de 100 mil, hasta ahora, de los cuales 83 mil han afectado a estadounidenses. El segundo país que plantea un grave problema en la región es Brasil, donde los contagios llegan a 170 mil y las muertes por esta causa a 11.500. Como sea, en nuestro continente la tasa de fallecidos por covid-19 es mucho más baja que en Europa.
Desde países como Colombia, donde los casos positivos son cerca de 13 mil, con 509 muertes, hay que mirar con atención a Europa en las próximas semanas, y seguir aprendiendo acerca de cómo enfrentar esta pandemia de manera exitosa. El haber observado lo ocurrido en China y el resto de Asia, así como en Europa y Estados Unidos ayudaron mucho a tomar decisiones que nos parecen correctas.
Tenemos la oportunidad de convertirnos en epicentro de la mejores prácticas para enfrentar la pandemia, aunque para ello se necesita más disciplina
social.
En Colombia, después de casi dos meses de cuarentena el Gobierno impulsa la reapertura de varios sectores productivos para permitir que la economía respire, lo cual incidirá, seguramente, en que la velocidad de contagios aumente. No obstante, el desafío es lograr que las adecuaciones al sistema de salud respondan de manera adecuada y que sea posible atender apropiadamente a los contagiados. Mientras no haya vacuna y tratamientos comprobados para atacar la enfermedad, será necesario avanzar en medio de la pandemia teniendo el control del sistema de salud al mismo tiempo que viva la economía.
América Latina también tiene el desafío, como lo anota de manera acertada la Cepal, de cerrar durante esta crisis las brechas sociales y las desigualdades que existen desde hace décadas, ya que de lo contrario la agitación social de finales del año pasado podría reactivarse apenas pase la pandemia, con consecuencias negativas incalculables.