De manera temeraria, cinco delincuentes atracaron el peaje El Guaico en la madrugada del lunes, cerca del túnel de Tesalia, en un acto en el que el vigilante del lugar, Ricardo Orozco Muñoz, de 21 años, fue asesinado por la banda, cuyos miembros se movilizaban en motocicletas. Esta situación constituye un hecho grave de inseguridad en nuestro departamento, y más en un lugar que ahora recoge el flujo vehicular entre Medellín y Cali.
Por razones de seguridad la concesión Pacífico Tres se abstuvo de revelar el monto del dinero robado, luego se dijo que fueron $12 millones de pesos, pero sin importar la suma que hayan hurtado los delincuentes, es muy grave que los hechos hayan cobrado la vida de un joven vigilante, adscrito a la empresa Estatal de Seguridad, quien además de recibir impactos de bala que lo hirieron de gravedad, fue rematado por los criminales. Lo ocurrido allí nos remite al 31 de octubre del 2018, cuando un hombre hurtó $1 millón 370 mil del peaje en San Bernardo del Viento, en la vía hacia La Manuela.
Más complicado aún es que se contabilicen 12 casos similares de atraco en Caldas durante lo que va del 2022, los cuales también dejan dos personas muertas. Varios de esos atracos ocurrieron en La Merced, Chinchiná, Aguadas, Neira, Aranzazu y Manizales, la mayoría sin claridad acerca de los autores. Peor es que en el caso del peaje El Guaico cerca de allí se tienen seis subestaciones de la Policía en distintas direcciones. Ahora se ofrece una recompensa de $30 millones para quien revele información para capturar a los delincuentes, y ojalá aparezca quienes estén dispuestos a colaborar con datos clave.
Preocupa demasiado que se tengan tantos casos de inseguridad evidente y que la Policía no haya podido desplegar operativos en toda su jurisdicción para dar con los responsables. Desde enero 23 en la vereda Mata de Guadua, en La Merced, comenzó la racha de atracos que no terminan. Cuatro días después, el 28 de enero se registró un atraco a un vehículo en la vía Chinchiná-Pereira. En febrero fueron dos casos en otros lugares, tres casos en marzo, igual que en abril, y en lo que va de mayo tres atracos, que en esta ocasión dejó una persona muerta.
Es urgente que se pueda llegar a los responsables del asesinato del vigilante y del robo a la caseta de peaje, y que puedan ser llevados a la justicia para que paguen sus culpas de la manera debida. Igual esperamos que ocurra con los otros atracadores y delincuentes que han mostrado su accionar delictivo en varias poblaciones caldenses, o que han pintado paredes en municipios del oriente caldense señalando pertenecer a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
No podemos seguir en el negacionismo de que aquí no pasa nada, que estamos en un remanso de paz, y que todos los hechos aislados. Lo que deben hacer las autoridades es hacer una cobertura más estratégica del territorio, identificar lugares con mayor vulnerabilidad y asegurar una mayor presencia, y sobre todo volverse a ganar la confianza de las comunidades, para que esté mejor dispuesta a trabajar en tareas de prevención.