El asalto al peaje de San Bernardo del Viento ocurrido en la madrugada del martes y que dejó muerto al vigilante Óscar Alejandro Barrera y herida a una pasajera de servicio público de transporte tiene que llamar la atención de forma contundente de los encargados de la seguridad en la ciudad y la región. Lo que más preocupa es que se trata de un hecho repetido, pues apenas 50 días antes un asalto similar ocurrió en el nuevo peaje el Guaico, cerca del Túnel de Tesalia en la concesión Pacífico III, donde también perdió la vida el vigilante caldense Ricardo Orozco Muñoz. La sangre fría de los delincuentes y el modus operandi obligan a que se tomen decisiones que permitan dar pronto con su paradero y evitar futuros eventos que pongan en riesgo la seguridad de los caldenses.
Poco a poco hemos ido dando cuenta en nuestras páginas de cómo se han ido perdiendo la tranquilidad y la seguridad de los viajeros en carreteras de Caldas. Van por lo menos 13 eventos conocidos por LA PATRIA este año. Lo más grave es que los golpes son más osados y ocurren en zonas prácticamente urbanas, con lo que la preocupación manifestada por vecinos de los lugares donde se han presentado los lamentables sucesos es fundada. Pasan los asaltos, los homicidios, se convoca a un Consejo de Seguridad, se ofrecen recompensas, se promete que habrá más presencia de la autoridad, pero los delincuentes siguen haciendo de las suyas. Por esto es que invitamos a que se piense en nuevas estrategias y que se les dé prioridad a las investigaciones para empezar a mostrar capturas de estos asesinos y ladrones.
La seguridad es un bien preciado que a veces se da por sentado, pero resulta que hay que trabajar cada día para que sea un elemento que realmente brinde tranquilidad a la comunidad, pero a medida que se presentan más y más hechos lamentables, como el ocurrido en las barbas del casco urbano de Manizales, la percepción de inseguridad necesariamente va a aumentar, así en otros frentes se diga que son hechos aislados. Ya esa excusa no es admisible. Es difícil tener un policía cada 100 metros cubriendo la zona y eso se entiende, pero lo que más preocupa es que las investigaciones no están dando frutos, al menos no en los robos presentados antes y esto lo que hace es decirles a otros bandidos que el camino está despejado para sus fechorías y que es muy difícil que los atrapen.
Por ese motivo las secretarías de Gobierno del Departamento y de Manizales, así como de los municipios, la Policía y la Fiscalía tienen que trabajar de la mano y sacar ideas que superen la reunión y la recompensa para ver si funcionan otras, porque las que hasta ahora se ponen en ejecución no dan frutos. Cada vez más personas deciden irse a vivir a las zonas semiurbanas o rurales cercanas y desde allí desplazarse a sus trabajos y lugares de estudio, lo hacen con la convicción de que la seguridad en el territorio ha mejorado, pero seguro que situaciones como la acaecida en la madrugada del pasado martes en la Doble Calzada a Chinchiná encienden la preocupación sobre si esa fue la mejor decisión. Las autoridades tienen que darles la tranquilidad de que así es y esto es con resultados.