El desafío de cruzar la Cordillera Central por Caldas no es fácil por las actuales carreteras. Ya hemos visto los mayúsculos problemas que surgen cuando se cierra la carretera por La Línea y el trayecto Mariquita-Manizales recibe todo el peso del tránsito en ambos sentidos entre el centro y el occidente de Colombia. En ese sentido, pese a no ser la solución que se necesita, hay que valorar que se avance en la construcción de la vía por Cambao (Cundinamarca), que pasa por municipios del norte del Tolima como Líbano y Murillo y llega a Manizales luego de pasar cerca del Nevado del Ruiz hasta el sector de La Esperanza.
Por las especificaciones técnicas con las que se está construyendo puede convertirse en excelente alternativa para el tránsito de vehículos pequeños, y para que los campesinos de los alrededores de la vía saquen más fácil sus productos hacia la capital caldense, por ejemplo, además de que se le dé un empujón al turismo a lo largo de ese corredor. Es claro que los vehículos de carga no podrán transitar por allí, y que esa es una gran limitante, pero las posibilidades de un desarrollo a esa región en real.
El informe que presentó ayer LA PATRIA se muestra cómo la construcción de la carretera, ejecutada por el consorcio Alternativas Viales, está casi lista entre Ibagué y el Cruce Armero, y desde este cruce hasta Cambao y en el trayecto que pasa por Mariquita y Honda. Falta la parte más compleja que sube por Líbano y Murillo al Alto de Ventanas y desciende luego hacia La Esperanza, con lentitud en las obras de rehabilitación y pavimentación del corredor existente, pero sumado el avance global en los trabajos, que cubren 256 kilómetros de vía, se llega al 58,24%. Un punto positivo es que ya no se tendrá peaje en Caldas en esa carretera, lo cual impacta favorablemente a los productores agrícolas de la zona.
Se calcula que para finales del año entrante sería posible contar con el proyecto funcionando, lo cual puede ser de gran utilidad para quienes viajan de Manizales a Bogotá. Aunque será una vía bastante sinuosa, el hecho de que no tenga tráfico pesado ayudará a gastar menos tiempo en el desplazamiento, y fomentará el surgimiento de establecimientos comerciales a orilla de la carretera. En ese sentido, también el desafío es la protección del medio ambiente, para garantizar que se pueda impulsar un turismo sostenible y amigable con el entorno.
Sobre este último aspecto hay que recordar que, pese a que la obra se adjudicó desde hace 7 años, surgieron algunos reparos de índole ambiental que hicieron que se retrasara el comienzo de las obras, pero que actualmente el plan de ejecución contempla todas las condiciones que apuntan a que se garantice la prioridad ecológica. Confiamos en que se vuelva una nueva alternativa de conectividad, sin afectar el Parque Natural Nacional de los Nevados.
Ahora bien, lo que sí es claro, es que los caldenses debemos seguir insistiendo en la mejora de la carretera entre Mariquita y Manizales, con un desarrollo ojalá similar a lo que se hizo entre Cajamarca (Tolima) y Armenia, con puentes y túneles y con una amplitud de carretera suficiente para soportar la creciente demanda del transporte de carga que necesita atravesar la cordillera desde o hacia el Puerto de Buenaventura.