Hay que estar muy atentos; la industria, el comercio y los ciudadanos porque este domingo comienza a regir en Colombia la ley de prohibición y sustitución de plásticos de un solo uso, que será progresiva hasta el 2030. Se inicia restringiendo la producción y el consumo de bolsas plásticas de punto de pago utilizadas para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías, excepto las reutilizables; bolsas para embalar periódicos, revistas, publicidad, facturas y empacar ropa en lavanderías; rollos de bolsas vacías en superficies comerciales para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías o llevar alimentos a granel, excepto para los productos de origen animal crudos; mezcladores y pitillos; soportes plásticos para globos; soportes plásticos de copitos o hisopos con puntas de algodón.
Se trata de la Ley 2232 del 2022, cuyo autor fue el gobierno de Iván Duque como parte del Plan Nacional para la Gestión Sostenible de los plásticos de un solo uso, que aprobó el Congreso. Su intención es muy loable al estar dirigida a mitigar la contaminación ambiental que este tipo de plásticos está produciendo en Colombia y el mundo, estimando que demoran por lo menos 150 años en descomponerse y su empleo es excesivamente fugaz para después desecharlo. Haber migrado al empleo de este material para muchísimas actividades cotidianas no trajo un buen resultado, pues debido a su disposición inadecuada ha ido a parar a quebradas, ríos, lagos, playas, áreas protegidas, campos y océanos.
Esas actuaciones ciudadanas, sin conciencia, sin cultura, sin conocimiento nos llevaron a este punto porque han ocasionado una afectación enorme a los ecosistemas. En Colombia hemos sido incapaces de hacer un aprovechamiento masivo de estos materiales para transformarlos en otros que eviten esos impactos a través de economías circulares, pero también han estado ausentes las políticas públicas para educar a la población en la importancia y necesidad de separar en la fuente, de reciclar, de reutilizar. De haber asumido desde hace décadas estos comportamiento con los residuos, la situación sería otra y nos estaríamos evitando la obligatoriedad que tanto molesta.
Las autoridades, según la Ley, deberán imponer multas entre 100 y 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes a los infractores, decomisarán los elementos plásticos restringidos en esta primera fase de la prohibición y habrá cierre temporal o definitivo de establecimientos que incumplan o reincidan. De allí la importancia de estar informado y que a nadie vaya a tomar por sorpresa esta norma a partir del domingo. Ya lo saben la mayoría de comerciantes, que dicen estar haciendo campañas para que sus clientes lleguen con otro tipo de bolsas para llevarse los productos que compren o de emplear materiales no contaminantes para empacar. Por eso también las autoridades deben capacitarse muy bien, para no cometer excesos en los controles.
Muy importante será esta norma si llega a frenar problemas como la basura marina, de la que se están alimentando los peces en nuestros mares o mueren enredados en ella. Euromap estimaba en el año 2018 que cada colombiano utilizaba 26 kilos de plástico al año, un argentino 38 y un brasileño 31; uso que cada año ha ido creciendo. Pero nada se logrará en el ambiente y los ecosistemas si esta Ley se queda en letra muerta, en flor de un día o de unos pocos meses. Hay que tomársela en serio, autoridades, usuarios, comerciantes e industriales cuya parte es buscar alternativas para empezar a sustituir este tipo de plásticos por otros materiales.
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