De épocas de gloria deportiva a una dudosa administración pasó Sabios en Caldas, el equipo de baloncesto que llenaba coliseos e hinchaba de orgullo los corazones de seguidores, deportistas y dirigentes. Su trayectoria ha sido de altibajos. En sus primeros años, a partir de 1989 cuando fue creado, generó la confianza necesaria a través de sus directivas para contar con el apoyo institucional y ciudadano. Vieron ganar el equipo y que crecía en un proceso deportivo de mostrar.
Pasó el tiempo y a los Sabios le llegó la primera debacle, estuvo una década sin participar en la Liga. En el 2013 la fuerza se la imprimió el entonces alcalde de Manizales Jorge Eduardo Rojas Giraldo, un exsabio que perteneció a la juvenil, amante del baloncesto y que con su llegada a la Administración gestionó y estableció un convenio entre la Alcaldía, el Once Caldas y la Liga de Baloncesto y así volvió a las canchas a competir.
Al coliseo en Manizales regresaron las filas. Asistía tanta gente que el Municipio, previo a un partido, tenía que realizar un Puesto de Mando Unificado con autoridades para definir medidas de seguridad, como se hace para un partido de fútbol. Rojas Giraldo dice que lo que hicieron fue montar un equipo profesional de baloncesto con división juvenil, que entrenaban juntos y con el mismo técnico, un semillero que lograba identificar a buenos jugadores jóvenes, a posibles figuras, para ascenderlos según su rendimiento.
El equipo se convirtió en una fortaleza de la ciudad. En el año 2014 le entregaron el reconocimiento con la ficha deportiva en la División Profesional de Baloncesto, pagada con dineros oficiales de la Alcaldía de Manizales y del Once Caldas. Solo que el ánimo y el empuje duraron lo que la Administración Rojas, hasta el año 2015, y después volvieron los tiempos aciagos. Hay líos tan graves como un desorden administrativo que ha llevado hasta expulsar dirigentes que llevaban 20 años con el equipo, algunos que fueron figuras deportivas.
Señalan a la actual Presidencia de Sabios, en cabeza del abogado Álvaro Montoya Naranjo, quien convocó a una asamblea ordinaria virtual el 31 de marzo en la que 97 de los 101 afiliados del Club votaron a favor de irse de Manizales a jugar en Palmira (Valle del Cauca). Esto sería desarraigar un equipo cuya trayectoria ha sido Caldas, pero lo que más preocupa es como se busca disponer de la ficha deportiva, que algunos sectores valoran en una cifra cercana a los mil millones de pesos. Más bien, su dirigencia debería abrir las puertas a nuevos asociados y ser el vehículo comercial ideal para las empresas locales, sean oficiales o privadas.
Montoya Naranjo, además, asegura que no ha habido apoyo del Municipio ni del Departamento para el Club, lo que salieron a desmentir estas administraciones. Lo que hay es reparos en torno a la falta de legalización de recursos asignados, el incumplimiento de requisitos, la ausencia de actividades con los semilleros deportivos y la falta de impulso a baloncetistas nacionales. Estos y otros temas, como la expulsión de socios por no haber pagado sumas de dinero como se les solicitó en una asamblea, tienen que ser aclarados ante la opinión pública. Sabios es un patrimonio de Manizales y aquí debe seguir.
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