Las abundantes lluvias de la temporada y las bajas temperaturas han sido el ambiente propicio para que las infecciones respiratorias ganen terreno. Los episodios de gripe se han incrementado durante este fin de año, y lo mismo viene pasando con la covid-19, que volvió a generar muertes de pacientes, luego de un largo periodo en el que la pandemia parecía estar totalmente controlada.
Las personas más vulnerables, debido a las infecciones respiratorias agudas (IRA), son los niños menores de 5 años, los adultos mayores de 60 años y las mujeres embarazadas, que son las que requieren mayor cuidado, para evitar complicaciones que lleven a la saturación en los servicios de salud. Es fundamental que desde casa se pueda trabajar intensamente en la prevención de todas estas afecciones, y que los cambios climáticos no conduzcan a una emergencia sanitaria.
El gran desafío es evitar una nueva expansión de los casos de covid-19, completando los esquemas de vacunación y accediendo a los refuerzos, los cuales han demostrado que pueden poner el coronavirus a raya. Es, justamente, el relajamiento con el que venimos asumiendo esa enfermedad lo que ha llevado al incremento de contagios y la llegada de pacientes graves a las unidades de cuidado intensivo. En la última semana, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), se tienen registrados en el país 5.336 nuevos casos, tras procesar 43.882 pruebas diagnósticas. También se reportaron 32 fallecimientos por esta causa, el doble de la última semana de noviembre. Hoy, la variante BQ.1.x de ómicron conocida internacionalmente como ‘Perro del Infierno’ ya es dominante en el país, y debemos entender que es la más contagiosa.
Es necesario que todo el sistema de salud se mueva, otra vez, a impulsar los procesos de vacunación de las personas que faltan por hacerlo en las diferentes etapas. Lo ideal es que también sean aplicados los refuerzos que faltan, ya que es evidente que la protección al organismo disminuye con el paso del tiempo. Además, hay que retomar las conductas preventivas como el lavado frecuente de manos y el uso de tapabocas, sobre todo cuando se tienen síntomas gripales, o cuando hay concentraciones de personas, además de los casos que siguen siendo obligatorios como la asistencia a centros geriátricos, instituciones de salud y el transporte público.
Se necesita mucha conciencia ciudadana para evitar un nuevo pico de la pandemia que pueda no solo afectar a todo el sistema de salud, sino que perjudique las actividades económicas, en general. Si no recuperamos el aprendizaje de los primeros años de la emergencia sanitaria, la posibilidad de que repitamos esos episodios de restricciones es real, y hay que evitarlos a toda costa.
Hay que tomar en cuenta que en la época de Navidad las actividades tradicionales son un ambiente propicio para los contagios, y por eso el autocuidado se vuelve más importante. En el caso de Manizales y Caldas hay que sumar que la Feria anual también suma riesgos que no pueden despreciarse, y frente a los cuales se requieren medidas oficiales, pero más que nada una actitud personal enfocada en las conductas preventivas.
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