Atrás van quedando los días soleados y las altas temperaturas que acompañaron la presencia de un corto fenómeno de El Niño, frente a lo que habían previsto autoridades y expertos desde mediados del 2023. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible declaró la llegada oficial de El Niño el 4 de noviembre, e invitó a seguirse preparando porque las lluvias cada vez eran más escasas y había que tener planes para hacerles frente a sequías e incendios forestales. Algunos previeron que el fenómeno se extendería hasta junio, pero su fin comenzó terminando marzo. En estos primeros días de abril varias zonas del país, como Caldas, ya sienten el embate de las fuertes lluvias.
Por qué entonces las empresas de energía, si fueron advertidas con suficiente tiempo para que establecieran esquemas de actuación durante la crisis que se venía, se quejan ahora y piden racionar el suministro de energía y de agua. ¿No se prepararon?, ¿fueron incrédulas o más bien negligentes para mitigar los impactos de El Niño, que finalmente duró solo cuatro meses? Los expertos sostienen que el nivel de los embalses de agua que alimentan las hidroeléctricas se encontró en el punto más bajo de un marzo en los últimos 20 años. Entonces tampoco se encendieron con tiempo las térmicas para evitar impactos en las hidroeléctricas.
Ojalá que esto no lo conviertan en excusa para justificar incrementos de tarifas de servicios públicos en Colombia, así dependa del comportamiento en bolsa. Los bolsillos de las familias, de los empresarios, de los comerciantes y de las instituciones no aguantan más alzas. Ya se empezaron a dar racionamientos de agua en Medellín y hoy anuncian cómo se hará en Bogotá. Las empresas del Sistema Interconectado Nacional le pidieron al Gobierno ejecutar acciones para ir reduciendo la demanda y las exportaciones de energía a países vecinos. El presidente Petro ordenó a todas las entidades y organismos del Estado implementar medidas de ahorro de energía y de agua dentro de sus instalaciones y hacer mediciones de logros. Esta debería ser una campaña en la que entremos voluntariamente todos los ciudadanos con miras a cuidar los recursos.
El sector energético está pidiendo también medidas de seguridad jurídica y financiera para recuperar su capacidad de generación y volver a la normalidad sin tener que optar por apagones y cortes de agua, pero ya comenzaron a darse. Manizales no se verá afectada, anunció el alcalde Rojas. Sin embargo, esto no quiere decir que aquí se pueda derrochar en ambos recursos. Hay que ser austeros en el consumo. No es el momento para que las empresas insistan en que viven una situación crítica y que hay que profundizar en mecanismos de financiamiento para no intervenir el mercado.
Pero el Gobierno, en épocas como esta, tampoco puede seguir empecinado en dejar de hacer exploraciones de gas natural, que es una opción para mantener la oferta de energía en el país y que permitirá mitigar las alteraciones que padecen los otros generadores. Eso también es parte del buen uso de nuestros recursos. Además, el Gobierno, ahora que nombró a los miembros que faltaban en la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para completar su cuórum, debe empezar a tomar decisiones técnicas y expedir las medidas regulatorias que deben regir en el país.