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La economía colombiana arrojó números negativos y ese hecho tiene que preocupar al Gobierno, al sector productivo y a los ciudadanos. El Producto Interno Bruto (PIB) decreció -0,3% en el tercer trimestre del año (julio-septiembre), comparado con el mismo periodo del 2022 que fue de 7,4% informó el DANE. Esta caída estrepitosa la impulsaron principalmente la construcción, la industria y el comercio con una tendencia a agravarse porque empezará a afectar pronto la generación de empleo y peor aún, aumentar la inflación en Colombia.
No estamos mejor que otros países de América, como ha querido hacer ver el Gobierno Petro, somos el quinto en peor desempeño y crecimiento económico. Los comerciantes se quejan de que en los últimos 10 meses el descenso en ventas ha sido dramático; los industriales reportan caídas de la producción durante siete meses consecutivos, con un acumulado de 1,8% en lo corrido de este año, especialmente en la industria manufacturera que se contrajo en 6,2%, y los constructores están con proyectos parados o no tienen obras públicas para ejecutar, siendo un sector que requiere mano de obra en alta proporción y tiene un efecto multiplicador de la economía.
El Gobierno proyectaba cerrar el año con un crecimiento económico de al menos 1,8% o 2%, pero el acumulado en lo corrido de este 2023 es de 1%. Quedará bien difícil alcanzar la meta, incluso hay quienes pronostican una eventual recesión a la vista si continúa esta tendencia en el siguiente periodo. Lo que tiene que surgir desde el Gobierno es un plan de reactivación de la economía, igual que sucedió tras la pandemia, que se centre en apoyar al sector productivo, no en atacarlo; en salvaguardar con medidas a los grandes empresarios, pero en especial a los medianos y a los pequeños que padecen los resultados económicos por las reformas que aplica el Gobierno Petro; en promover la inversión nacional y extranjera.
La reactivación también está llamada a nombrar personas idóneas en el gabinete nacional y en todas las dependencias, capaces de ejecutar los recursos públicos y de forma expedita. Hacer los cambios que se requieran porque muchos ya mostraron que no dan la talla. El Gobierno no puede seguir haciéndose el de la vista gorda con la ejecución de los recursos, tiene que poner a andar la economía con grandes proyectos, lleva 15 meses en el poder y no ha desarrollado ninguno de trascendencia. También está llamado este Gobierno a mejorar la mala imagen y la desfavorabilidad evitando más escándalos de los que ha protagonizado, que sí le han causado daño al país y las cifras lo demuestran.


Muchos esperaban que las dificultades económicas medidas hasta hace poco eran lo último de un ciclo bajista y significaban haber tocado fondo en esta tendencia, pero con los resultados que presentó el DANE se siguen dando pasos hacia atrás. Si bien crecieron las actividades de servicios públicos, financieras, inmobiliarias, agricultura y explotación de minas y canteras no alcanzan a ser suficientes para equilibrar lo que dejaron de crecer los otros sectores y apalancar la economía. Por eso hay que tomar medidas ya.