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En comercio exterior, Caldas vive situaciones divergentes. Es el departamento más exportador de los tres que conforman el Eje Cafetero y undécimo del país; no obstante, en los primeros siete meses de este año sus exportaciones cayeron un 37%, de 762 millones de dólares en ese periodo del 2022 a 556 millones de dólares. La tarea es asumir los retos que se vienen, a pesar de los vientos huracanados que soplan sobre la economía nacional en cuanto a la casi segura baja de las importaciones y las exportaciones nacionales para el primer semestre del 2024.
Como tituló el informe del 9 de octubre de investigaciones económicas de Corficolombiana sobre perspectivas para el próximo año: “una prueba de resistencia”. Se refiere a que “el 2024 será un año retador, en el cual se pondrá a prueba la capacidad de las empresas y los consumidores de resistir la fase final de un ajuste económico complejo”. El camino está señalado con lo que dicen expertos sobre las ventajas competitivas que tenemos. En Caldas existe una positiva conexión entre gremios e instituciones para el comercio exterior, es el segundo departamento con mayor internacionalización del país para importaciones y exportaciones y no depende de productos mineroenergéticos frente al cambio climático. Todo esto hay que catapultarlo.
Frente a estos atributos de nuestra economía regional aparecen, como en todas las regiones del mundo, los retos que habrá que superar en el 2024. Ahí deberán estar muy presentes ayudando, gestionando y ejecutando el Gobierno nacional, los mandatarios (gobernadores y alcaldes) que asumirán el 1 de enero y los empresarios. Caldas carece de vías férreas, de un aeropuerto con capacidad de carga, de una zona franca y de facilidades para la conexión vial como señaló el informe de LA PATRIA el fin de semana del encuentro de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) y Fenalco con comerciantes e industriales.
En el Eje Cafetero también se requiere de una oferta agroindustrial más diversificada, de nuevos productos y servicios, de vigorizar el sector manufacturero. Mucho más si la meta nacional es convertirse en enlace comercial con Asia y el Pacífico, pero a la vez sustituir algunas importaciones. Igualmente, hay que definir reglas jurídicas y tributarias, en lo que los concejos y las asambleas deberán estar a tono con lo que requieran los departamentos; robustecer la política de seguridad, que depende en gran parte del Gobierno nacional. Además el Estado debe avanzar en digitalización y modernizar la aduana porque están identificadas falencias que no permiten ser más competitivos.


Los retos económicos no son pocos para el próximo año. Caldas tiene que con qué asumirlos y afrontarlos desde que no se antepongan intereses distintos a los del desarrollo y del crecimiento y si todos los actores reman juntos para un mismo lado, no solo los locales, también hay una responsabilidad bien grande del Gobierno nacional con esta región que ha estado sometida a que desde esta instancia se prometa y se proyecte mucho, pero en la realidad ejecute muy poco, por no decir nada de lo anunciado hasta ahora. La posición que se ha alcanzado en los últimos años, a pesar de las dificultades de la pandemia, ha sido en gran parte por el esfuerzo del sector privado y eso no se puede dejar de reconocer.