Hasta ahora no se conoce en Caldas de precandidatos a cargos de elección popular cuestionados por investigaciones disciplinarias, administrativas o judiciales, pero hay que ser conscientes como electores de lo indispensable que resulta escudriñar, hasta donde más se pueda, a los que aspiran a ser electos el 29 de octubre de este año como gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles comuneros. De todo habla una campaña y un candidato, menos de procesos de este tipo y por eso es que los electores, casi siempre, se quedan sin saber la trayectoria de los elegidos. Ocultar se vuelve todo un arte por esta época.
El calendario electoral ya abrió el plazo para inscribir candidatos por partidos y movimientos políticos y para los que buscan llegar avalados por firmas de ciudadanos. Podrán hacerlo hasta el 29 de este mes, por eso la ciudadanía debe estar atenta a los que en definitiva se van a lanzar al ruedo político para disputar estos cargos y quiénes los van a respaldar. No solo se trata de identificar un rostro de un candidato que aparece rodeado de leyendas invitando a votar por él en publicidades electorales; los que lo rodeen y acompañen quizá son más importantes de conocer, porque son los que le van a trazar su línea de actuación si gana las elecciones.
Todo aquel que forme parte del engranaje electoral debería estar obligado a reportar sus antecedentes, pero como esto no existe es que ocurren cosas como esos partidos y movimientos que aunque aseguran públicamente hacer revisión del historial de quienes están respaldando, en el fondo lo que hay es la famosa práctica de venta de avales. Se trata de una transacción comercial en la que le exigen a un candidato pagar millones de pesos por recibir el “apoyo” de una colectividad, sin que nunca haya militado ahí o tengan alguna relación, así sea meramente ideológica para respaldarlo.
De acabar irregularidades como esta no habló el recién aprobado Código Nacional Electoral, que pasó su trámite en el Congreso de la República y del que la Corte Constitucional revisa su legalidad. Fue promovido como un proyecto de ley para modernizar el sistema electoral en el país, porque actualmente rige un Código del año 1986, pero se olvidó de incluir procederes tan graves y corruptos como este del negocio electoral. Lo se exige es el reporte de ingresos y gastos de campaña a través del aplicativo Cuentas Claras, del Consejo Nacional Electoral, pero la exigencia debería ir más allá y que al elector se le brindara abiertamente toda la información que requiriera para poder votar a conciencia y de manera informada.
Con blindajes como este es que nos evitaríamos tener que repetir elecciones, porque el designado como ganador estaba incurso en una inhabilidad, nadie lo descubrió y no puede continuar en el cargo. Eso exige tiempo y dinero, que se pueden ahorrar. En Caldas ya hay 5 precandidatos que buscan llegar a la Gobernación y en Manizales 14 que aspiran a la Alcaldía. Sobre esos nombres es que hay que empezar a indagar. Se ha dicho que esta elección es especial por el momento que vive la ciudad y el departamento, por eso hay que tener los ojos y la mente más abiertos que nunca para que lleguen los que realmente pueden y tienen las condiciones para impulsar la región.