La escasez de combustible Jet A1, que provee Ecopetrol para el funcionamiento de los aviones en Colombia, puso a correr el lunes al Gobierno nacional. Abundaron los reclamos y las protestas. Hubo alteración de operaciones, vuelos cancelados, pasajeros afectados, larga espera en las terminales; Latam y Avianca, las dos más importantes aerolíneas, tuvieron que modificar itinerarios y cambiar vuelos. En fin, una dura situación que se superó horas después cuando Ecopetrol surtió combustible a varios aeropuertos y se empezaron a normalizar las operaciones.
Por fortuna las terminales aéreas de Manizales, Pereira y otras del país no entraron en esta coyuntura al contar con disponibilidad de Jet A1. La afectación se concentró en Valledupar, Cartagena, y Bucaramanga. El problema se originó el 16 de agosto por una falla eléctrica en la refinería Reficar de Cartagena, daño que restringió sus operaciones e impidió que produjera el combustible para cumplir las demandas del sector aeronáutico. Sin embargo, el Gobierno no unificó su versión de lo sucedido.
El presidente Petro dijo que no había escasez y que lo de Reficar no era la causa, pediría investigar por qué mayoristas como Terpel no habían llevado el suficiente combustible a los aeropuertos. Ecopetrol sostuvo que desde junio sabía del aumento de la demanda de Jet A1, de 35 mil barriles día a unos 37 mil y la proyección es que suba a 41 mil. ¿Por qué entonces no se evitó la contingencia? No parece argumento lógico que tras haber consultado con los mayoristas, que no vieron necesario la importación, por eso haya dejado de actuar. Terpel aseguró que Ecopetrol entregó 26,3% menos combustible desde junio. El Ministerio de Minas y Energía señaló que la contingencia de Reficar se superó en tres días y se normalizó el suministro. La Procuraduría y la Contraloría comenzaron entonces investigaciones.
Todo esto es una señal clara y contundente de la vulnerabilidad del sistema económico, y para el caso específico quedó expuesto que hay una falla evidente en la cadena de suministro y distribución de combustible, que requiere soluciones inmediatas para no poner en riesgo de nuevo las operaciones aéreas, ni tampoco las estaciones de servicio de gasolina para el transporte terrestre si vuelve a suceder un daño en Reficar. Ecopetrol tiene capacidad de producir 37 mil barriles día de Jet A1 entre las refinerías de Cartagena y de Barrancabermeja, una sola falla ya empieza a causar dificultades.
No se puede mirar hacia otro lado; la economía colombiana sigue dependiendo de los combustibles fósiles y toda limitación a la capacidad de refinación del petróleo y de las exploraciones para disponer de otros combustibles va a afectar. Ecopetrol anunció que el faltante de Jet A1 lo cubrirá importando 100 mil barriles que llegarían en los próximos días para reponer inventarios. El país requiere de medidas estructurales para garantizar el aprovisionamiento de combustibles para todos los usos. Ya se vivió un día de colapso con efectos graves, no puede repetirlo, y el Gobierno junto con los distribuidores tienen la responsabilidad de evitarlo.