Se lleva a cabo hoy y mañana la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la capital de Lituania -Vilna- a donde acudirán jefes de Estado y de Gobierno de los 31 países miembros para definir, entre otras cosas, si se da el ingreso a ese selecto grupo de Ucrania, la devastada nación invadida por Rusia. El fin de la OTAN es garantizar la libertad y la seguridad de sus miembros con acciones políticas y militares, y la inclusión es algo que espera Ucrania desde el año 2008, cuando no había guerra con Rusia. En ese entonces se firmó la declaración de Bucarest, que reconocía a esta Nación como un posible miembro futuro de la OTAN, ya han pasado 15 años de eso y las dudas persisten.
Para Ucrania, una adhesión a la OTAN ayudaría a ir poniéndole freno a esta guerra que ya acumula 16 meses y medio de muertes, heridos y destrucción que no solo han afectado a sus fuerzas militares, sino también a miles de civiles que han caído en este absurdo conflicto, sumado a la destrucción de buena parte de la infraestructura urbana y rural con una millonaria cifra que a hoy se requeriría para su recuperación. Lo que se sabe previamente es que aunque los aliados de Ucrania estarían dispuestos a apoyar esa Nación, hay dudas en el resto de países por las garantías de seguridad que exige Volodimir Zelenski, presidente ucraniano, y por eso podrían darse largas a la decisión y lo que saldría de allí es más un compromiso a largo plazo para promover la estabilidad del país.
Esta cumbre se realiza a 20 kilómetros de Bielorrusia, principal aliado de Moscú en el ataque a Ucrania, lo que ven como un riesgo y que jalonaría a muchos países a actuar con restricciones en esta reunión. Estados Unidos, por ejemplo, que lidera la OTAN por ser el más grande y poderoso de la alianza, ya ha dicho a través de su presidente, Joe Biden, que Ucrania no formará parte de esta Organización mientras esté en guerra con Rusia, pero que sí se dará apoyo militar en este conflicto. Se refiere a que suministrará bombas racimo a Ucrania para que las emplee en su reacción ofensiva contra el ejército ruso. El uso de estos artefactos explosivos está prohibido en 100 países por los riesgos que tiene para los civiles.
El anuncio de EE.UU. tensiona las relaciones con otros países de la OTAN, que no están de acuerdo con la medida por considerarla que va contra la población, que poco o nada tiene que ver con esta guerra. El riesgo de suministrar este tipo de municiones es que podría motivar a grupos mercenarios como Wagner a usar armas nucleares rusas que pondrían en riesgo la estabilidad de fronteras en Polonia, Lituania y Letonia. Con seguridad lo que ocurrirá hoy es que primen las acciones diplomáticas y políticas, porque nadie quiere y puede exponerse, pero tampoco quedar mal con quien requiere y está pidiendo ayuda. Una salida más protocolaria que resolutiva para una guerra que ha venido afectando al resto del mundo. No se puede olvidar que Ucrania suministra, por ejemplo, gran parte de los bienes necesarios para el agro y la ganadería.
En definitiva no están dadas las condiciones para la adhesión de Ucrania a la OTAN, pero con seguridad lo que sí sucederá, en esa lógica de conservar la buena imagen política internacional, es que se aprueben recursos para ayudar a Ucrania y fortalezca sus medidas de seguridad y su esquema militar. Esta cumbre también abordará el ingreso de Suecia a esa Organización, nuevos planes de defensa y el aumento del gasto militar. La OTAN no suministra armas a Ucrania pero sí equipos médicos y de desminado, combustible, puentes transitorios y apoyos para seguridad y defensa, para lo que ha acordado 500 millones de euros. Esto representa una gran ayuda para una Nación tan golpeada, pero se requiere de aliados fuertes para sacudirse de la invasión rusa.
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