Además de retrasos en su construcción (apenas llega al 1%) la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Los Cámbulos se enfrenta ahora a una polémica por posibles sobrecostos, lo que juega en contra de que ese importante proyecto de beneficio ambiental en la región se concrete. La firma Fypasa Construcciones, que hace un año ganó la licitación para su ejecución, pretendió obtener $20 mil 677 millones 595 mil 286 más, como lo manifestó en carta enviada a la gerencia de Aguas de Manizales, empresa que contestó acertadamente al subestimar un posible ajuste en los costos.
El pedido de Fypasa contrasta con la afirmación categórica, hace poco más de un año (10 de noviembre del 2021), del director general de la compañía mexicana, Luis Alfonso Camarena, en el sentido de que la obra se ejecutaría en el tiempo estimado y con los recursos asignados. El costo establecido es de $133 mil 29 millones, y esa es la cifra que tendrá que ejecutarse hasta terminar el proyecto.
Puede ser cierto que hubo variaciones en los precios de los insumos y las cadenas locales de suministro, que el problema de la guerra en Ucrania elevó muchos costos, que la situación económica del país, el precio del acero y del cobre, las altas tasas de los fletes y hasta el valor del dólar han incidido en el encarecimiento general de muchos productos y procesos, pero cuando la firma mexicana presentó su propuesta, que resultó ganadora, la mayor parte de esos fenómenos ya se conocían y marcaban una tendencia que tuvo que ser tomada en cuenta por ellos.
El problema es que después de tanto tiempo de la adjudicación y con la polémica que surge ahora alrededor de las pretensiones de la firma mexicana, el ya grave estancamiento en la ejecución de las obras se agrave y que la PTAR no logre despegar. Peor aún es que no se tenga confirmación reciente de la existencia de la licencia de construcción para los edificios complementarios a las obras principales de la planta.
Con el paso de cada día es verdad que el proyecto puede encarecerse y terminarse en un lío jurídico y financiero que lo lleve a que se estanque definitivamente. Lo que no se entiende es que Fypasa no haya hecho prácticamente nada aún y que su inactividad sea el apoyo para solicitar más recursos. La respuesta de Aguas de Manizales es contundente en el sentido de que hubo errores de cálculo, malas interpretaciones y justificaciones al presentar las nuevas pretensiones.
Lo que se espera ahora es que, sin más demoras, y considerando el atraso innegable en el que se encuentra esa obra, la cual tendría que entregarse en el 2023, según los cronogramas iniciales, pero que ahora, si es que los trabajos comienzan antes de que finalice el año, solo verá la luz en el 2024 si la ejecución se hace de acuerdo con lo comprometido. Lo que más preocupa ahora son los malos antecedentes de la firma mexicana, que acumula ya varios incumplimientos y mala operación de otras plantas de tratamiento en México y en Colombia, como lo publicó LA PATRIA el 16 de octubre del 2021.