Buen tino en las decisiones de autoridades y empresas, paciencia ciudadana y mesura del sector comercial es lo que se espera para estos días de contingencia debido a la suspensión del suministro de gas natural en el Eje Cafetero y norte del Valle del Cauca. Vivimos momentos coyunturales por este hecho debido a la situación que se presenta en un sector de Cerro Bravo, territorio tolimense, para seguir suministrando este energético a través de la infraestructura que tiene la Transportadora de Gas Internacional (TGI) desde Mariquita hasta Cali. Se trata de una medida preventiva para proteger las tuberías y no exponerlas a daños que harían más crítica la situación.
Desde hace unos 11 días se detectó un fenómeno natural en laderas de Cerro Bravo, que limitan con la carretera Manizales-Bogotá, que incrementó las temperaturas en el terreno a 700 grados, hay emisión de gases y presencia de rocas incandescentes. Al tratarse Cerro Bravo de un volcán en nivel de actividad verde (activo, pero en reposo) el Servicio Geológico Colombiano fue el primero en buscar causas. Descartó que se relacione con la actividad volcánica y le pasó la posta a las autoridades ambientales para que encuentren las razones de fondo. No obstante, hasta ahora no se conoce que lo estén haciendo y se requiere rápidamente saber los motivos para tomar decisiones y medidas de choque que no sigan afectando esta infraestructura y a la ciudadanía.
Todo esto tiene en apuros a varios sectores, por no decir a casi todos. Transportadores que migraron al uso del gas hoy se están quejando porque tuvieron que acudir a circular con gasolina, cuyos precios están por las nubes y así no se les hace rentable prestar el servicio. Las empresas que usan este energético para sus operaciones también están en la cuerda floja para cumplir con las actividades rutinarias, compromisos y negocios; algunas tuvieron que otorgar vacaciones para no afectarse tanto, aunque de todas maneras saldrán golpeadas. Hay planteles educativos que también comenzaron a enviar a sus estudiantes a las casas porque servicios como los restaurantes escolares no se están pudiendo prestar.
Los hogares, los restaurantes y todos los que usan el gas natural para preparar alimentos y para el funcionamiento de gasodomésticos la están viendo gris para sortear este episodio y acudir a otros energéticos como la luz o el gas propano que suplan la necesidad, este último solo para algunos casos. Según anunció TGI, serán inicialmente nueve días para hacer un by pass o líneas alternas y flexibles de tubería a una distancia de un kilómetro de donde se presenta el fenómeno y con ello reconectar el servicio. Pero en este tiempo las actividades antes mencionadas sufrirán una parálisis que ni el Gobierno nacional, ni el departamental, ni los municipales están cuantificando, ni buscando medidas de choque para que la ciudadanía mitigue en algo la situación. Más allá de trinos por Twitter o videos por redes sociales.
Se requieren acciones inmediatas, además porque del comercio ya se empiezan a denunciar abusos, que siempre resultan en estos momentos. Por una pipa de gas propano de 40 libras que en otro momento costaba $80 mil, ahora cobran hasta $400 mil. Sobre esos tramposos es que también deben actuar las autoridades, vigilando que en un momento de emergencia, como en el que estamos no se valgan de la necesidad para quitarles a otros. También se recomienda a la ciudadanía cerrar las válvulas de los gasodomésticos, hasta que las empresas anuncien su reactivación, y dejar en manos de expertos cualquier cambio para no incurrir en un problema peor. Hay que ser pacientes con esta situación, que se sale de las manos de los prestadores, pero todos tenemos que sumar con acciones para salir lo mejor posible de ella y sin vulnerar a nadie.