El pasado 18 de noviembre fue un día especialmente crítico para la concesión Pacífico Tres. Las lluvias provocaron ese día un deslizamiento en el kilómetro 71 en el sentido Manizales-Medellín, en el tramo entre La Felisa y La Pintada. La carretera se quedó tapada todo el día, con las respectivas consecuencias negativas para quienes se desplazaban por ese corredor vial, que debieron esperar día y noche para poder retomar el camino a su destino.
Como lo dijo el mismo gerente de la concesionaria, Santiago Pérez, durante el año se completaron tres días de cierres completos de la carretera a causa del invierno, el cual también ha generado derrumbes más pequeños que pudieron ser removidos con mayor agilidad. No obstante, da la sensación de que no son solo las lluvias las causantes de los retrasos en las obras en esa importante arteria que comunica a Antioquia con el Eje Cafetero y el Valle del Cauca, sino que tampoco se le ha imprimido la dinámica suficiente a una vía que es de innegable importancia para el occidente colombiano.
No se le puede echar toda la culpa al fenómeno de La Niña y sus efectos, cuando la realidad es que, a la llamada Unidad Funcional 5, de 46 kilómetros, no se le ha trabajado con la energía y empeño que merece una vía tan importante, que debería ser considerada prioritaria. Sin duda, el avance es significativo, en cerca del 80%, pero también es verdad que a esta fecha la obra ya debería estar entregada, y que se diga que debemos esperar hasta agosto del año entrante para que la mejora de la vía esté completa es una conchudez.
Pacífico Tres informa que ha tenido contratiempos con la gestión predial, porque hay propietarios con los que no se ha podido llegar a un acuerdo económico para poder usar los terrenos para la ampliación de la carretera. Sin embargo, teniendo en cuenta que este proyecto ya completa cerca de 5 años de ejecución, la negociación de predios no debería ser obstáculo para avanzar.
Al parecer, se dejó para el final un asunto que tendría que haber iniciado su proceso con mayor anticipación. Los desalojos, ante la no aceptación de indemnización de algunos propietarios, del sector del Palo, ya debieron ejecutarse. También hay que preguntarse si la negativa de acuerdo obedeció a avalúos muy por debajo de lo que tendría que haberse pagado por esos predios. Hoy, realmente, a quienes les está saliendo caro este proyecto es a los usuarios frecuentes de la vía que pasan horas y horas entre cada pare y siga.
No es suficiente pedir más paciencia de la que se ha tenido. No es aceptable argumentar que al ser una carretera muy transitada no se puede avanzar rápido, cuando es justamente esa realidad la que debería haber llevado desde un principio a hacer más ágiles y eficientes los trabajos para evitar tanto traumatismo.
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