Este no es momento para centrarse en buscar culpables de los retrasos en la construcción de los 19 escenarios deportivos para los XXII Juegos Nacionales y VI Paranacionales en el Eje Cafetero. Sería como sembrar en tierra árida, de lo que no saldría nada para poder cumplir a partir del 11 de noviembre esa cita que tienen Caldas, Quindío y Risaralda con el país. El tiempo apremia, faltan 95 días para esas justas y lo que hay son retrasos, lentitud en las obras y falta de recursos. Ninguno de los espacios está concluido.
Pareciera no haberse dimensionado la magnitud de un certamen de esta naturaleza y la necesidad de acelerar en la planeación, los diseños y la ejecución de las obras desde la hora cero. Cualquier justa, además de servir al desarrollo deportivo en diferentes disciplinas y exaltar a los triunfadores, lo que trae es dinamización de la economía en todos sus renglones, fuera de permitir mostrar las ciudades y sus atributos. Llegarán 9.000 deportistas con sus cuerpos técnicos y detrás de ellos otras personas que los quieren ver compitiendo. Todos requiriendo servicios. Como en un juego de pimpón, los responsables de las obras -gobernaciones, municipios y Nación- no se han cansado de tirarse la pelota para atribuirse las obligaciones y la falta de control en lo ejecutado. De seis escenarios programados en Caldas, la Alcaldía de Manizales y la Gobernación no cumplieron con el coliseo Multipropósito, ni con el Complejo Acuático del Bosque Popular el Prado. El más adelantado es el Centro Internacional de Aguas Abiertas, en Chinchiná, con 80% de avance. Los otros tres en Manizales registran 62% el Coliseo Menor, 45% el Patinódromo del Bosque Popular y 12% el Coliseo Mayor que no alcanzará a estar listo para la inauguración de los Juegos, ya que los contratistas anuncian entregar la obra el 15 de noviembre. En Pereira, de siete escenarios el de mayor avance es el Coliseo Mayor con 61%, y en Armenia, de nueve, es la Bolera Municipal con 67%.
A mediados de abril advertimos que ninguna obra reportaba desarrollos que dieran la tranquilidad y confianza para pensar que se fuera a cumplir con todos los espacios. Ya pasaron casi cuatro meses y el panorama no es el más alentador. En Manizales han renunciado dos secretarios de Deporte Municipal en este tiempo; el último, Juan David Londoño, salió porque había un desgaste, incluso personal, ante la lentitud en los procesos con el Ministerio del Deporte. El secretario de esta área en el Departamento, Andrés Felipe Marín, se queja de la laxitud en los plazos que se ha tomado el Estado para procesos como la firma del Conpes, que hizo el 5 de agosto del 2022, dejando muy poco tiempo para licenciar los proyectos.
Estos Juegos del Eje también han tenido que sortear con circunstancias sociales y políticas. La pandemia por covid-19 que retrasó todo en el mundo, el estallido social en Colombia, el cambio de Gobierno nacional el año pasado y el cambio de ministros del Deporte para permitir la continuidad en los procesos. Se está es en una especie de maratón, tratando de ganarle tiempo al tiempo. Lo importante es que se terminen bien las obras, las que sí estarán a tiempo y que cuentan con recursos, todas con calidad y parámetros técnicos exigidos. Lo que se construya no será solo para los Juegos, quedará como infraestructura deportiva nueva en los municipios. Una vez pasen las justas habrá tiempo para escudriñar y buscar responsables de lo que no se hizo y se contrató con recursos públicos.
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