Las segundas oportunidades son escasas, y desaprovecharlas, cuando se tienen, es una torpeza. En materia deportiva, el Eje Cafetero tuvo una oportunidad en el 2023 al haber sido elegida región sede de los XXII Juegos Deportivos Nacionales y los VI Paranacionales que se desarrollaron entre noviembre y diciembre, pero en medio de contratiempos administrativos. Los escenarios no estuvieron terminados; fue escasa la difusión y publicidad desde el Ministerio del Deporte, las gobernaciones y las alcaldías, y faltó haberse apropiado más de lo que representa para los territorios un certamen de esta naturaleza. La segunda oportunidad para el Eje vuelve a ser en noviembre para llevar a cabo los I Juegos Nacionales Juveniles, que de seguir como van, repetirán lo del 2023.
Faltan cinco meses para su ejecución y no tienen todavía un director, una cabeza que se encargue de planear, de gestionar y de poner en marcha como se debe un compromiso de esta categoría; a pesar de que en abril de este año el Mindeporte anunció en Manizales la reglamentación para elegirlo entre candidatos que podían presentar alcaldías, gobernaciones y esta cartera ministerial. Ya hay dos candidatos, pero no se nombra. ¿Ha faltado más interés del Ministerio para actuar como doliente principal de los Juegos? La demora ha significado que en las capitales de los tres departamentos, sumando el Lago Calima en el Valle del Cauca, estén sin saber cuáles van a ser sus responsabilidades y ya se sientan sin el tiempo suficiente para organizar las competencias.
La triste historia de los Juegos en el 2023 por falta de escenarios terminados se mantiene. Todavía falta concluir obras en cinco o seis en todo el Eje, aunque se habían establecido compromisos con fechas de entrega. Ahí están el Complejo Acuático de Armenia, los coliseos Mayor y Menor de Pereira y el Coliseo Mayor de Manizales que si no están listos para noviembre habrá que empezar a mover deportes para otros lados, tal y como sucedió en Caldas para los Nacionales y Paranacionales, que se perdió natación, parte del fútbol y baloncesto.
El año pasado y por problemas administrativos se cayó la promesa de construir entre la Gobernación de Caldas y la Alcaldía de Manizales el Coliseo Multipropósito en la Baja Suiza; también la construcción del Complejo Acuático en el Bosque Popular, que no logró siquiera conseguir la licencia, y el Coliseo Mayor, según un recorrido que hizo LA PATRIA hace una semana, apenas tiene un 74% de avance de obra. Tampoco se sabe la disponibilidad presupuestal del Gobierno nacional para los Juegos Juveniles, así haya anunciado, en medio del apretón fiscal, que son parte de las actividades prioritarias para girarle recursos.
Todo va jugando en contra de esta segunda oportunidad para las tres ciudades del Eje, porque todo certamen, por pequeño que sea, dinamiza la economía y promueve la imagen de las ciudades. El compromiso más importante que hay que salvaguardar es con los deportistas jóvenes colombianos, pues estos Juegos de noviembre fueron creados pensando en cuidar los Olímpicos del 2027 y se convierten en la mayor esperanza de ir ascendiendo en las diferentes disciplinas. Nadie les puede quedar mal.