Tras casi 7 meses del inicio oficial de la construcción de la glorieta de Los Cedros, en la salida hacia Neira, el avance de la obra es de apenas el 1,3%, de acuerdo con el reporte del Laboratorio de Innovación Pública de la Alcaldía de Manizales. Lo peor ahora es que, el Consorcio Meca Construcciones, que era el encargado de la ejecución del proyecto decidió ceder el contrato, con lo que será necesario que la Administración Municipal comience otro proceso con el nuevo contratista, que sería el Consorcio Los Cedros, de Manizales. Lo que se espera es que la construcción de la glorieta no permanezca sin concretarse por un tiempo indefinido.
Desde el miércoles pasado no hay trabajadores en esa obra, mientras que lo poco que adelantaron sigue causando incomodidades a la movilidad en ese sector de Manizales. Los vecinos del sector se han manifestado perjudicados, porque pasan los meses y el único avance es el de las incomodidades. Durante este tiempo han sido diversos los factores que desencadenaron la actual situación. Aunque todo estaba previsto para arrancar los trabajos allí hace un año, cambios en los diseños y retrasos en el proceso de compra de predios llevaron a que los cronogramas no se cumplieran, y ahora solo reina la incertidumbre sobre cuándo, finalmente, se tendrá lista la intersección.
Hay preocupación por los $1 mil 560 millones que se le entregaron al contratista para que arrancara los trabajos, que representan cerca del 5% del total de los recursos destinados a la obra ($24 mil 268 millones), porque evidentemente el avance es mínimo. Además, había una autorización de anticipos por $3 mil 966 millones, y sobre eso reina la incertidumbre, así desde la Administración Municipal se diga que, por el hecho de estar en una Fiducia el resto de recursos, no se tendrán problemas con los dineros para terminar la obra.
Los problemas para la movilidad, derivados del anuncio de comienzo de la obra son indiscutibles. Desde mayo se decretó en Manizales el Pico y placa, para supuestamente facilitar la rápida ejecución del contrato, pero la realidad hoy es muy distinta a la intención inicial. La urgencia ahora es que se concrete la adquisición de los 21 predios que se requieren para el proyecto, y que sea cierto que las obras se reactivarán en dos semanas, porque la paciencia ya se agotó para muchos manizaleños. No hay duda de que hay una suspensión de las obras, así se diga lo contrario,
Es lamentable para la ciudad que esto ocurra, sumándose a otros proyectos que siguen en espera y en medio de incertidumbres, como el Bulevar de la 48, la Línea 3 del cable aéreo y la PTAR de Los Cámbulos, por ejemplo. Esta situación queda muy mal después de que el alcalde, Carlos Mario Marín, expuso ante el Concejo Municipal una humildad tardía que ya no genera credibilidad, tras tantas oportunidades acumuladas en las que pudo haber brindado las explicaciones debidas, sin escudarse en justificaciones sin sustento.
Por el bien de la ciudad esperamos que, de verdad, la Administración Municipal corrija todos estos desafueros en los 13 meses que le quedan, y que con menos soberbia y tozudez el alcalde enfrente los desafíos inherentes a su responsabilidad como mandatario local.
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