Dos realidades salen de la última medición del DANE sobre empleo y desempleo en Colombia. Para el país este ejercicio mensual representa una muy buena noticia, porque a junio de este año la tasa de personas desocupadas se disminuyó en dos puntos porcentuales al pasar de 11,3% en el 2022 a 9,3% que se considera la más baja desde junio del 2015 cuando el indicador llegó a 9,4% en 13 ciudades principales. Para ciudades como Manizales, sin embargo, el panorama no termina siendo tan positivo porque el número de desempleados tuvo un leve aumento de 0,2 puntos. Cuando se mira el comportamiento del trimestre abril-junio el indicador sube de 10,4 en el 2022 a 10,6% este año.
En el contexto nacional hay satisfacción y aplausos para el Gobierno Petro porque la población ocupada aumentó y hubo 419.000 desempleados menos; además se redujo la población por fuera de la fuerza laboral en 62.000 personas. El DANE señala que en junio de este año en Colombia la población en edad de trabajar fue de 39,5 millones, entre los cuales 23,05 millones representan la población ocupada; es decir que la tasa de ocupación fue de 58,3%, un aumento de 0,55% frente a mayo. La entidad explica que el sector administración pública y defensa, educación y atención de la salud fue el que más empleo generó con 269.000 puestos más que el año pasado, y que en los sectores que más se acabaron fueron en información y comunicaciones (108.000) y en agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (8.000).
Estas cifras de ocupación y desocupación no se deben asumir solo como unos guarismos que suben y bajan según las fluctuaciones económicas del país, hay que analizarlas y buscar sus causas. La Presidencia de la República por su lado, y la Alcaldía de Manizales a través de su Secretaría de TIC y Competitividad a nivel local deberían sentarse a evaluar qué es lo que empezó a impactar, para bien o para mal. Lo bueno para seguirlo impulsando y lo malo para erradicarlo. En la capital de Caldas habrá que determinar qué está llevando a que haya más desempleados y si eso se perfila como tendencia qué se puede hacer para impactar la situación, pues la Administración ya va de salida y lo que quede en cinco meses lo heredará el mandatario que llegue al cargo el 1 de enero del 2024.
Cualquier ejercicio de análisis nacional o local debería contar con el sector privado como aliado, como mano derecha porque es el mayor generador de empleo en el país y no se puede sustraer. Solo trabajando juntos, públicos y privados, es que se alcanzan los mejores logros, por eso es que no se ve como momento oportuno que el Gobierno incurra de nuevo en presentar un proyecto de ley de reforma laboral al Congreso de la República. Primero se debería estar pensando en tratar de equilibrar los indicadores del mercado laboral y luego hacer las modificaciones al sistema que se requieren.
En todo este proceso de revisión se deberían tener en cuenta cosas como el fenómeno en Manizales, donde a pesar de haber aumentado levemente el número de personas sin empleo es la segunda ciudad del país con más baja informalidad (34,2%) y es muy positivo porque está entre lo que más afecta la calidad del empleo. La informalidad en el país se mantuvo estable frente a mayo de este año, con 55,7%. Ahí vuelve a entrar en juego la importancia del sector privado, pues quiere decir que los puestos de trabajo están en medianas y grandes empresas. Hay que deponer las rivalidades y juntarse más bien para resolver estos problemas que son preocupación de los colombianos.
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