El futuro de La Dorada está puesto sobre grandes proyectos que se espera cuenten con voluntad política y administrativa para potenciar la nueva fase de este municipio centenario.
En Caldas desde ayer hay otro territorio centenario, La Dorada. El 23 de abril de 1923 la Asamblea Departamental aprobó la ordenanza 43, que le dio vida administrativa y jurídica como municipio y desde entonces ha venido creciendo. Hoy es la segunda ciudad en importancia del departamento, por su ubicación como puerto sobre el río Magdalena que le ha dado carácter, particularidades y riqueza.
Muchos pensarán que su cultura de pescadores y de ganaderos poco tiene que ver con un departamento cafetero como este, pero se puede decir que La Dorada es el mar de Caldas y le hace destacados aportes a la economía y al desarrollo regional. Sus 34 grados de temperatura promedio doblan los 17 que predominan en Manizales, y ese calor que hace tan particular a La Dorada es el que marca el actuar de sus ciudadanos para haberle dado empuje durante estas 10 décadas a un municipio que comenzó como corregimiento y hoy es llamado la Glorieta nacional o Corazón de Colombia.
Está en el centro del país, cerca de buena parte de la producción nacional y de ciudades como Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Ibagué y Manizales que le dan fortaleza. También se debe hablar de Guarinocito, su corregimiento, que cuenta con una charca que le brinda riqueza ecológica y le ha dado dinamismo al municipio. Hoy son destacables en La Dorada sus crecimientos comerciales con mayores establecimientos de servicios; el urbanismo con nuevos barrios, construcciones y equipamientos; el frigorífico Friogán, que es de los mayores empleadores; mejoras educativas, con la llegada de la sede Magdalena Centro de la Universidad de Caldas.
También sobresalen la construcción de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que está próxima a empezar operaciones, y de una clínica privada que se perfila como apoyo a los servicios de salud y apalancador de la economía. El futuro de La Dorada está puesto sobre grandes proyectos que se espera cuenten con voluntad política y administrativa para potenciar la nueva fase de este municipio centenario. Hablamos del puerto multimodal, el tren, la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena, la reparación del Hospital San Félix para prestar servicios de tercer nivel y no tener que remitir pacientes a otras ciudades, formalizar sectores de invasión urbana, construir un centro regional de Policía para aumentar el pie de fuerza y atacar la inseguridad.
Todo ello es clave para que La Dorada se siga perfilando como centralidad que permita abaratar costos para el transporte de lo producido en la cordillera. Se ha hablado de que este municipio se separe y entre a formar parte de un departamento denominado Magdalena Medio, pero se deben dar las garantías y hacer todos los esfuerzos para conservarlo como parte de Caldas, quizá integrarlo más a lo que ocurre en el interior y volverlo un actor activo de sus decisiones. Este debe ser un año para apoyar los sueños de los doradenses.