La buena noticia es que al 2022 ninguno de los 27 municipios de Caldas es inviable fiscal y financieramente, según un estudio de la Secretaría de Planeación Departamental. El problema, y grave, que se desprende de sus resultados es que solo 6 municipios son solventes al mirarlos en indicadores de manejo de gastos de funcionamiento, ingresos corrientes de libre destinación y porcentaje o límite de gastos; pero ese ranking no se soporta en otros parámetros de desempeño fiscal, que juntos son los que permiten establecer realmente el rango en lo fiscal y lo financiero. Por eso analistas económicos aseguran que no estamos tan bien como lo plantea el estudio, porque se analiza sobre indicadores muy básicos.
El secretario de Planeación de Caldas, Carlos Ánderson García Guerrero, reconoce que hubo un descenso en las calificaciones de los municipios, pero sostiene que fueron más las tendencias positivas, como los 16 que redujeron su gasto. Destaca La Dorada, que ascendió de inviable en el 2021 a estado de riesgo en el 2022. No obstante, tras la presentación del estudio en sesión de la Asamblea Departamental, algunos diputados advirtieron que comparando la situación con la del 2021 se observa que 11 municipios perdieron puntos y bajaron en calificación porque aumentaron su nivel de gasto con respecto al límite permitido. 5 pasaron de la categoría de solventes a sostenibles, como Neira y San José; Viterbo y Filadelfia de sostenibles a riesgo, y Marulanda bajó al rango de calificación crítico.
Sería interesante que la Gobernación de Caldas pensara en crear un grupo interdisciplinario para establecer este tipo de viabilidad de los municipios, en el que no solo esté su Secretaría de Planeación, sino que también participen dependencias con funciones ligadas al desarrollo económico como las secretarías de Hacienda y la de Desarrollo, Empleo e Innovación; Inficaldas, como instituto descentralizado, e incluso la oficina de Buen Gobierno y Transparencia. La crítica de analistas consultados en un informe que publicó LA PATRIA esta semana es porque el estudio deja a un lado indicadores sobre capacidad y grado de endeudamiento, dependencia de las transferencias de la Nación, recursos de destinación específica, Operaciones Efectivas de Caja (OEC), que son importantes para hacer una radiografía más precisa. El estudio ubica 15 municipios en el rango de sostenibles, pero eso no garantiza que su situación fiscal y financiera es solvente y boyante; al contrario y como dijeron en la Asamblea, “apenas se sostienen”. Al municipio de Manizales, por ejemplo, lo ubican analistas como Juan Felipe Jaramillo en un término de riesgo fiscal. Según él, si se toman los ingresos recaudados por el Municipio y se le restan los gastos de funcionamiento e inversión el resultado es un déficit de $6 mil millones que lo hacen vulnerable, pues quiere decir que los ingresos no fueron suficientes para cubrir los gastos como también ocurrió en el 2021 en Aguadas, Belalcázar, La Dorada, La Merced, Pácora, Palestina, Risaralda, San José, Samaná, Villamaría y Viterbo, según informe de OEC del Ministerio de Hacienda.
Está bien que la Gobernación cumpla con este tipo de informes que obligan las leyes colombianas para establecer qué municipios cumplen con su límite de gastos, su situación de riesgo y cómo es el acceso a créditos, pero se está midiendo con el mismo rasero a municipios de categoría primera, como Manizales, con los 26 restantes que se encuentran entre la quinta y la sexta, y ese no es parámetro para comparar. Entre más baja la categoría, menos recursos recibe un ente territorial, y más tiene que gastar en relación con lo que le ingresa, ahí está la gran diferencia. De todas maneras este informe, sumado al Índice de Desempeño Fiscal Nacional que contempla toda la información de ingresos y gastos, deben servir de insumo a quienes llegarán como nuevos gobernantes el próximo año. Les darán pistas de lo que recibirán y de lo que en realidad podrán prometer en estos días de campaña electoral.
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