Vuelve y juega la guerrilla del Eln con la buena voluntad de este país. Hoy hace ocho días, en Barrancas (municipio de La Guajira) una unidad de este grupo armado secuestró a Luis Manuel Díaz y su esposa, Cilenis Marulanda, padres del futbolista Luis Fernando Díaz Marulanda. A ella la dejaron en libertad horas después. Este grupo anunció que a él lo liberaría, pero esto se dio después de la presión de las autoridades y de que se confirmó que estaba en su poder.
La Policía en un trabajo coordinado con las Fuerzas Militares desplegaron operativos de búsqueda por territorio guajiro, pero solo hasta el jueves, cinco días después, el Eln reconoció en una carta enviada al jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, que tenía en su poder al padre del delantero de la selección Colombia, asegurando que sería liberado en cuestión de horas. ¿Cómo creer que hay ánimo de paz en esta guerrilla si insiste en los actos delictivos?, es la pregunta que ronda la cabeza de muchos colombianos. La otra pregunta es: ¿Y los demás secuestrados en su poder? Algunos dicen que son por lo menos 19 y otros mencionan que son más de 30 colombianos.
La incertidumbre es mayor cuando recordamos la firma del cese al fuego bilateral a mediados de este año entre el Gobierno y jefes de esa guerrilla, ¿incumplieron entonces lo pactado y es necesario que la comisión de monitoreo y verificación actúe y tome decisiones? Nada menos en marzo el Eln emboscó con explosivos y fusiles una unidad del Ejército en Guaimalito (Norte de Santander), incursión que dejó nueve militares muertos y otros nueve heridos. El Gobierno debería contemplar si continúa con esa mesa de diálogo bajo las condiciones actuales o debe endurecerlas para hacer respetar lo acordado.
En las últimas tres décadas, el presidente Petro es el séptimo mandatario en Colombia que ha intentado hacer un acuerdo de paz con el Eln. Sus homólogos Iván Duque, Juan Manuel Santos, Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Ernesto Samper y César Gaviria fracasaron en ese camino. Con Duque no avanzó el diálogo porque esa guerrilla en el 2019 ejecutó un atentado con un carro bomba contra la Escuela General Santander, en el que murieron 22 cadetes y hubo 68 heridos.
En cualquier acuerdo los protocolos deben garantizar igualdad de condiciones para las partes, y si el Gobierno nacional ha respetado el tratamiento y la seguridad de los integrantes de esta guerrilla, por qué ellos no hacen lo mismo, y lo que es más grave, salen a delinquir contra los civiles como le ocurre a la familia del jugador Luis Díaz. Hace unos meses Petro propuso crear un fondo multidonante dirigido a financiar al Eln y que con ello pararan de secuestrar y de extorsionar a la población. El presidente debe entender por qué la sociedad rechazó esa idea y pide más severidad en el tratamiento con guerrillas como esta, que persisten en el delito, la violencia y la guerra, a pesar de la mano tendida.
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