Faltó poco, un par de decimales, para que la tasa de desempleo en Manizales y Villamaría cerrara el 2022 en una sola cifra para el año completo. Al final del año se ubicó en el 10,1%, en el sexto lugar en el país, después de San Andrés, Leticia, Bucaramanga, San José del Guaviare y Mitú. Al comparar la cifra frente al cierre del 2021 se encuentra que se mejoró en 4,2 puntos en toda la tasa de desocupación, lo que es una muy buena noticia para la región. Esto significa que hubo 9.179 personas desocupadas. A esto hay que añadirle que en el balance definitivo, 17.065 personas se sumaron a la fuerza laboral el año pasado.
Sí se redujo a 8,5% la tasa de desempleo del área metropolitana cuando se mira solo el trimestre octubre-diciembre, la mejor cifra en muchos años y llevando a la ciudad al segundo lugar en la estadística en el país, siendo solo superada por Bucaramanga (7,9%). Estos son datos que ponen a Manizales en un indicador muy positivo, que tienen muy pocas economías y que invitan a ser optimistas en muchos aspectos, sin levantar los pies de la tierra, pero siendo conscientes de que hay resultados positivos como este, que no puede dejar de verse como un aporte importante a la economía.
En el país, la cifra de desempleo se ubicó en 11,2%, mientras que el 2021 lo había cerrado en 13,8%. Esto quiere decir que, a pesar de las dificultades evidentes del año político, del coletazo por la inflación mundial, más la propia, hasta ahora el mercado laboral ha reaccionado bien, algo que también se ha visto en otras latitudes. En Europa, por ejemplo, atribuyen en parte la caída de los últimos tres meses de la inflación a que el empleo se ha mantenido. También fue mejor la cifra, como es usual, en el último trimestre del año pasado, cuando se ubicó en 9,8%, es decir 1,7 puntos por debajo de ese mismo periodo en el año anterior.
Es evidente que la economía mundial está afectada y que Colombia no es ajena a los vaivenes globales, por tanto, si hay algo importante en este momento para cuidar es esta cifra y ver cómo se puede mejorar en políticas que promuevan el empleo, y con mayor razón el formal, para que cada día haya más personas con trabajos de calidad, esto es que cuenten con todas las prestaciones sociales. Al tiempo, será clave que no se afecte el poder adquisitivo de los trabajadores, por ese motivo también una manera de cuidar el ingreso es tratar de controlar la inflación, un toro difícil de lidiar, sobre todo en el entorno mundial actual.
Por este motivo, el llamado es a que ahora que se habla de nuevo de una reforma laboral, se preste atención a que las posibles concesiones laborales, seguramente muchas de ellas justas, no pongan en riesgo la generación del empleo, pues este seguirá siendo el principal motor de la economía de cualquier país. Entonces, bienvenidas las reformas, pero que piensen de manera integral en cómo mejorar las condiciones de los trabajadores donde sea pertinente, pero sin afectar los puestos de trabajo.
La tarea principal debe ser bajar la informalidad a cero, asunto muy difícil en naciones como la nuestra, pero que se tiene que asumir como un propósito y para ello es necesario también ayudar a los emprendedores informales en los procesos de formalización. La cifra de desempleo fue una buena noticia para el comienzo del año y debe ayudarnos a ver también el lado positivo de asuntos que han mejorado en nuestro país.
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