Colombia ya tiene fiscal General de la Nación 2024-2028, la abogada Luz Adriana Camargo Garzón, elegida por mayorías de la Corte Suprema de Justicia. Se cierra un sinuoso capítulo para el país, porque es de los que más ha desatado polarización en el último año. Empezando por el presidente Petro, que como nominador de la terna de la que fue escogida Camargo y por su declarada enemistad con el exfiscal Francisco Barbosa envió esta lista a la Corte con 195 días de anticipación, exacerbando los ánimos.
Barbosa se fue hace un mes, pero quedará para la historia nacional que faltando menos de una semana para concluir su periodo hubo zambra en las puertas del Palacio de Justicia en Bogotá, donde intentaba sesionar la Corte para elegir fiscal y mantuvo sitiados durante cuatro horas a magistrados y empleados. Este antidemocrático acto se dio en medio de una movilización popular convocada por el presidente Petro, para que la gente saliera a protestar contra Barbosa.
Llegará Camargo, ojalá muy pronto para asumir como fiscal, la segunda mujer en el cargo. Lleva 35 años en la Rama Judicial, con destacadas actuaciones en la Corte Suprema en investigaciones a congresistas por destapar la parapolítica y en Guatemala casos de corrupción; trabajos que ejecutó con el actual ministro de Defensa, Iván Velásquez, por lo que se le considera la ficha del Gobierno Petro. Ella deberá deslindarse de esta relación y dejar claro que no va a ser una fiscal de bolsillo del Ejecutivo.
Tendrá que continuar casos tan delicados como las investigaciones contra el hijo mayor del presidente Petro por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de activos; las posibles irregularidades en la financiación de la campaña Petro presidente en las que están involucrados el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, y Fecode; el proceso del polígrafo en contra de Laura Sarabia, directora del Dapre; el presunto fraude procesal y soborno a testigos contra el expresidente Álvaro Uribe, el caso Óscar Iván Zuluaga vinculado a dineros de Odebrecht para financiar su campaña. Pero también el fortalecimiento del sistema penal acusatorio sobre el que cada día hay menos confianza por la falta de efectividad de la justicia y la alta impunidad. También será clave la necesidad de que la Fiscalía empiece a manejar datos abiertos para el acceso de los ciudadanos a la información pública.
En un país tan revuelto desde lo político, se considera inane la renuncia de la ternada Amelia Pérez, minutos previos a la elección de fiscal; debió presentarla al presidente como nominador y por eso la Corte votó convencida de actuar en legalidad, pero sí se considera esto como una deslealtad con las demás ternadas, porque a todas luces buscaba frenar la elección. El país debe darle un compás de espera a la nueva fiscal Camargo, que asuma y decida con qué fiscales va a ejercer, sin prescindir de los buenos juristas; confiar en que realizará un trabajo imparcial y desprendida de actuaciones con exclusivo beneficio hacia el Gobierno y pensando en fortalecer una política criminal, que sigue dando tumbos en el país.