El 2023, en toda clase de aspectos, aparece como un año bastante complejo, en el que desde el plano local hasta el mundial presenta un panorama de incertidumbres. La política, la economía y diversos aspectos sociales se enfrentan a retos que no serán fáciles de sortear. Serán 12 meses en los que los liderazgos tendrán que hacerse notar a la hora de tomar las mejores decisiones, con el propósito de avanzar hacia la construcción de un mejor futuro de la humanidad.
En el plano local, los actuales gobernantes tienen la responsabilidad de hacer un buen remate de sus actividades en la búsqueda de cumplir sus planes de desarrollo. No obstante, al ser este un año en el que gran parte del tiempo se gastará en una campaña política en la que se elegirán nuevos ediles, alcaldes, concejales, diputados y gobernador departamental, a los mandatarios se les complica ejecutar obras, entre otras, a causa de la Ley de Garantías. Los ciudadanos tendrán este año la oportunidad de acertar en la elección de los nuevos gobernantes y miembros de las corporaciones públicas, de los que se debe esperar que lleven a Caldas y todos sus municipios a buen puerto, tras la realidad de una política corrupta que llevó el año pasado a cinco alcaldes y un senador a la cárcel, además de otros funcionarios públicos involucrados en el caso de Las Marionetas, el más grave asunto de corrupción en mucho tiempo en la región.
En lo nacional los desafíos en la política, además de una buena elección de autoridades locales, se tendrá la discusión en el Congreso de la República de importantes temas que ya anunció el gobierno del presidente, Gustavo Petro, los cuales presentan una enorme sensibilidad, como las reformas pensional, laboral, a la salud y a la política, entre otras, que podrían causar enormes desajustes a la economía y a la estabilidad social en el país, si se toman las decisiones equivocadas. Aunque los factores globales son innegables, se tendrán que hacer grandes esfuerzos para mantener bajo el desempleo, controlada la inflación e imprimir dinámica al crecimiento económico.
En el mundo hay asuntos muy delicados por resolver, comenzando por la crisis desatada por la invasión rusa a Ucrania, a punto de cumplir 11 meses. Además de buscar el urgente fin de ese conflicto, la lucha en contra de las consecuencias económicas de lo que ocurre en ese lugar entre Asia y Europa plantea desafíos complicados, en cuya solución podrían surgir nuevas y más peligrosas tensiones. Esperamos que la sensatez perdida pueda recuperarse y que el mundo se aleje definitivamente del riesgo de una guerra nuclear.
Los riesgos de recesión, la elevada inflación y la devaluación de monedas, como el peso colombiano, lleva a que se tengan muchas incertidumbres que podrían llevar a la inacción de muchos. Las equivocaciones ante un escenario tan borroso pueden resultar demasiado costosas. Lo grave es que las posibilidades de errar son reales, por lo que vamos a requerir mucha cabeza fría, si queremos llegar al 2023 con un optimismo renovado frente a lo que venga.
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