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Hacia un constitucionalismo vivo. Esta pregunta será respondida durante hoy y mañana en el XIX Conversatorio de la Jurisdicción Constitucional que se realizará en nuestra región. Se reunirán los miembros de las cortes constitucional, profesores de derecho, estudiosos en esta materia, así como personalidades del Gobierno. Todos con visiones en torno a lo que debe ser las decisiones que rigen nuestra democracia en diferentes aspectos, en tiempos en los que más que nunca se hace necesario pensar cuáles son nuestros fundamentos como sociedad.
Desde hace rato diferentes facciones políticas, han hablado del país de la necesidad de un proceso constituyente que cambie profundamente o permita una nueva constitución para los colombianos. No hemos sido amigos de esta idea por varias razones. Primero, aclaramos que es cierto que la constitución puede recibir ajustes, pero es indudable que el del 91 ha sido uno de los procesos de concertación más importantes que ha tenido nuestro país en toda su historia y que en sus fundamentos está previsto que quepamos todos en igualdad de condiciones y con una protección de derechos generalizada.
En segundo término, porque bien es sabido que varios alcances modernistas de la sociedad se han logrado por la Constitución de 1991, pero otros no se han terminado de desarrollar jurídicamente. La organización territorial sigue faltando concretarla, aunque ya se tiene al menos una ley para conseguirlo. Y en tercer lugar, el mayor problema que presentan los procesos constituyentes que se han planteado desde partidos políticos, muestran visiones justamente sectarias. Es decir, quieren una constitución con la perspectiva que ofrece su facción política y no con la idea de lograr un documento que piense en las diferencias de nuestro país y que permita mecanismos que nos lleven a un diálogo donde se ofrezcan oportunidades para todos.
El hecho de que se reúna la Corte Constitucional con otros sectores para pensar cómo avanzar en materias que están exigiendo que las normas estén a tono con los tiempos, resulta fundamental para que se tomen decisiones actuales o futuras con base en la nueva realidades y manteniendo siempre como guía nuestra Carta Política. Ha sido la Corte Constitucional, que es la de cierre en nuestro país, la que ha mantenido la legalidad de nuestro país, tomando decisiones muchas veces controvertidas, pero pensando en la razones de lo que acordaron los constituyentes o legisladores, según el caso.


La Corte, que hoy preside el Caldense del Año, José Fernando Reyes Cuartas, ha sabido tomar decisiones que permitan al país mantener un estado de derecho en toda regla y por eso goza del prestigio y el respaldo de la mayoría de los colombianos, a pesar de que en algunos casos esas mismas mayorías no estén de acuerdo con sus decisiones, pero las respeta y acata. Es la legitimidad que se ha ganado este organismo a través de los años gracias a figuras rutilantes y a decisiones probas, basadas en derecho y en realidad jurídica, defendiendo la Constitución por encima de posiciones personales. Esa es la mayor lección que nos han dejado, quienes han sido magistrados de este organismo durante estos poco más de 30 años, y que deberían copiar otros representantes de las ramas del poder público en Colombia.