Mujeres escritoras centenarias del Gran Caldas: María Martínez de Nisser

2024-02-20

En el marco del proyecto “Mujeres escritoras centenarias del Gran Caldas, II etapa” del Banco de la República, Octavio Escobar Giraldo hablará de María Martínez de Nisser el 21 de febrero.

Autor

Octavio Escobar

María Martínez de Nisser debe convertirse en uno de los referentes de la literatura colombiana del siglo XIX.

Hija de Pedro Martínez, educador descendiente de astuarianos, y Paula Arango, miembro de una de las familias que había fundado Sonsón apenas dos décadas antes, nació en la población del suroriente antioqueño el 6 de diciembre de 1812. Se conservan las partidas de nacimiento de cinco de sus once hermanos, pero no la suya, tal vez por su carácter de primogénita. Recibió esmerada educación en su hogar. Buena lectora, dominaba el francés y el inglés. Fue educadora, como su padre, algo exótico en una población de poco más de 2.000 habitantes.

A finales de 1831 se casó con el ingeniero sueco Pedro Nisser, quien llegó a Colombia por su interés en las minas de oro y, tal vez, para su desgracia, estafado.

En 1843 se imprimió en Bogotá, el Diario de los sucesos de la revolución en la provincia de Antioquia en los años de 1840 y 41, que muchos consideran la primera publicación de una mujer en la entonces Nueva Granada (1830-1862). Al momento de la edición, la autora escribe una dedicatoria dirigida nada menos que a los “Senadores y Representantes”, que la habían condecorado, y una introducción fechada en junio de 1941. En ellas, Martínez de Nisser solicita benevolencia con respecto a las imperfecciones de su diario, pero también confirma sus convicciones y autonomía, por lo que con acierto Carolina Alzate afirma: “éste es un texto que se destaca entre los demás, no sólo por ser una mujer su autora, sino también, y muy especialmente, en el contexto de la escritura de mujeres, porque en él su autora se muestra dueña de su propia voz: ella se encarga de hacer su propia presentación”. (María Martínez de Nisser: una opinión y un cuerpo que se exponen. Cuadernos de literatura. Bogotá (Colombia), 13 (25): julio – diciembre 2008 (24-36).

El Diario de los sucesos de la revolución en la provincia de Antioquia en los años 1840 y 41 cuenta sucesos acaecidos en el sur de Antioquia durante la denominada Guerra de los Supremos. El presidente José Ignacio de Márquez decidió cerrar los conventos que tuvieran menos de ocho religiosos, subastarlos, y usar esos recursos para fomentar la educación pública. Con la disculpa de defender la religión, una serie de líderes regionales se levantaron contra el gobierno central y protagonizaron disputas entre 1839 y 1842. En Antioquia lo hizo Salvador Córdova, hermano del héroe de la independencia José María Córdova. María Martínez de Nisser, admiradora de Simón Bolívar y defensora de la Constitución y las leyes, apoyó desde el principio a las fuerzas gobiernistas, en principio con su entusiasmo y después, ante la detención de su esposo, con acciones que muchos juzgaron contra la moral y el buen juicio: cortarse el pelo, vestirse de soldado y combatir junto al coronel Braulio Henao. Pese a algunos reveses, en especial en Itagüí, las tropas gobiernistas se impusieron en Salamina. María Martínez de Nisser cuenta poco más de seis meses de estas contiendas con vigor de cronista, subjetividades de diario íntimo y una consciencia política que revela conocimiento de los orígenes del conflicto y firmeza poco habitual en una época de caudillismos y traiciones. Su diario va de lo privado a lo público, desbordando un género que se popularizó con el auge del Romanticismo y su énfasis en el Yo. Esta tendencia literaria acostumbraba convertir la naturaleza en reflejo de las violencias sociales y personales, y en este párrafo del 1 de mayo Martínez de Nisser demuestra cómo asimiló el influjo de un movimiento que dominaba en Europa: “La noche era tenebrosa i la tempestad se aumentó después de nuestra salida, el ruido de los truenos, i la repetición de sus diversos ècos eran temibles: la repentina luz de los relámpagos à cada instante nos sorprendía; el viento se hallaba fuertemente ajitado i embrabecido: la naturaleza toda parece que había reunido sus fuerzas para manifestar su soberano poder”.

Después de recibir honores, también críticas, y tras la partida de su marido a Australia, en procura del oro que casi siempre le fue esquivo, la vida intelectualmente activa de María Martínez de Nisser, muy cercana a la religión y las ideas conservadoras, cesó en Medellín el 18 de septiembre de 1872.

En 1979 Elisa Mujica escribió en el Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República: “Cuando empuja a otros a hacer lo que ella desea, o al luchar como un soldado, o al cuidar a los heridos, o al salvar a su marido, o al escribir su libro, desempeña las tareas asignadas -por lo menos en su época- a mundos distintos y prueba lo más apasionante de cada uno (…). Por un momento la notoriedad brilla para ella y se le reconocen sus méritos. Sin embargo la compuerta que las condiciones anormales de la guerra había abierto para María, pronto se cierra definitivamente. Vuelve el silencio, quizá más impenetrable y duro de soportar que antes, cuando era solamente la honesta y considerada señora de Nisser. No tenía hijos. De lo contrario los habría nombrado en el Diario. Tal vez ahí reside la clave de su inquietud y de su búsqueda”.

“Sus dos pequeños hijos murieron bajo el inclemente sol de las minas de Anorí”, informa Patricia Nieto en el periódico La Hoja (Medellín, 1944).

Para mayor información sobre el proyecto: https://www.banrepcultural.org/noticias/mujeres-escritoras-centenarias-del-gran-caldas-ii-etapa

Las conferencias se realizarán en las siguientes fechas: