Fotos | Gobernación de Caldas
El ‘Balcón de Caldas’, Belalcázar guarda historias de perseverancia y resiliencia en cada una de sus calles. Diez mujeres víctimas del conflicto armado fueron las protagonistas de una nueva historia que hoy resplandece en la Bloquera Comunitaria llamada Villa Diana.
Sus propias vidas se han convertido en un testimonio tangible del poder transformador de la Revolución de la Vivienda en Caldas, un programa que se convirtió en un faro de esperanza para centenares de familias. Su propósito: llegar a las familias más vulnerables del departamento y ofrecerles un hogar digno.
Esas diez mujeres valientes han abierto las puertas de sus nuevos hogares, unos construidos con sus propias manos, con la fuerza de su cuerpo, con el sudor de su frente en medio de una determinación inquebrantable. Los cimientos de estas viviendas son una metáfora de la fortaleza que estas mujeres han demostrado a lo largo de sus años. De su capacidad de reponerse a la adversidad y florecer en medio de la tormenta. Cada ladrillo, cada viga y cada gota de sudor vertida en la construcción de estos hogares cuenta una historia de lucha y superación.
La mañana del domingo, las calles de Villa Diana se llenaron de emoción mientras las llaves se giraban en las cerraduras y las sonrisas en los rostros de estas mujeres y sus familias irradiaban una sensación de logro, dignidad y pertenencia.
Doña Carmen Eliza Montoya, una adulta mayor de 77 años que hace 14 encontró en Caldas un lugar donde empezar a vivir en paz sin miedo y con la certeza de que su nieto no sería reclutado por las guerrillas, es una de las almas que encarna la alegría que genera tener un hogar propio.
Como otras de las beneficiarias de la bloquera, su labor dentro de la construcción se centró en cuidar celosamente la integridad de los materiales que habrían de convertirse en su futuro hogar. Ahora, tras meses de trabajo incansable, compartirá allí su vida con su hija y sus tres nietos.
La emoción que experimenta es inmensa: 'Es la primera vez en mi vida que tengo una casita propia', dijo con notoria alegría en los ojos.
Doña Carmen no olvida agradecer de todo corazón al Gobernador, a Diana Posada, representante de la mesa de víctimas, y a toda la comitiva que colaboró incansablemente en este proyecto. Su mensaje es claro: 'Hay que tener paciencia, pero esto es un resultado hermoso'.
Finalizó su mensaje con una bendición, de esas de abuela y de madre: 'Que Dios bendiga al Gobernador. Este es un recordatorio de que la esperanza nunca debe perderse; sin importar las adversidades que se atraviesen”.
Las diez mujeres de Villa Diana hoy muestran que cuando la comunidad se une entorno a una invaluable oportunidad puede construir un futuro más brillante. Como dice el dicho, un día a la vez; un ladrillo a la vez.
Este proyecto de Bloqueras Comunitarias, que parte de la Revolución de la Vivienda en Caldas, es un faro de esperanza que ilumina el camino hacia un futuro prometedor para las familias más vulnerables del departamento. La entrega de estas viviendas es una celebración del espíritu resiliente de Caldas y un testimonio de que, juntos, podemos construir un mejor mañana.
El gobernador de Caldas, Luis Carlos Velásquez, lideró un importante hito en la Revolución de la Vivienda en el departamento durante el pasado fin de semana. Acompañado por el equipo de la Secretaría de Vivienda, realizó un recorrido de relevancia, supervisando el avance en la construcción de un total de 53 viviendas distribuidas en diversas localidades.
La inspección se hizo en 29 viviendas en zonas rurales de Manizales; cuatro viviendas en Pácora; dos en Salamina; cuatro en Manzanares; tres en Chinchiná, una en San José y 10 de las mujeres víctimas del conflicto armado en la Bloquera Comunitaria de Belalcázar.
De estas 53, 24 viviendas ya están listas para ser habitadas por sus nuevos propietarios, marcando un logro significativo en la ambiciosa apuesta del Gobernador.
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