LA PATRIA | Manizales

"El término neumonía hace referencia a las infecciones de los pulmones, sea por virus, bacterias o parásitos", recordó Hárold Alberto García Muñoz, especialista en medicina interna y neumología.

El profesional habló sobre el asunto en el II Simposio de Enfermedades Infecciosas - Una mirada desde el cuidado crítico. Este se efectuó el pasado viernes en el auditorio Mauricio Villegas del SES Hospital Universitario de Caldas.

El experto respondió lo siguiente:

¿Cuáles son los microorganismos más frecuentes?

La principal bacteria que produce neumonía, tanto en el ambiente general como en los ambientes hospitalarios, es el estreptococo neumónico. En cuanto a los virus, hay unos más prevalentes en las distintas épocas del año. Entre los principales están la influenza, la parainfluenza y los rhinovirus. Ya después de la pandemia por la covid-19 tomó fuerza el SARS-CoV2, que tiene episodios muy virulentos. Una neumonía causada por parásitos es poco frecuente en esta zona, pero sí en lugares como la Amazonía.

¿Cuáles son los pacientes más expuestos a la neumonía?

Hay muchos grupos de riesgo, por llamarlos de algún modo. Sin embargo, los niños y los adultos mayores (de más de 65 años) son las poblaciones de más peligro. También aquellos que tienen algún grado de alteración en el estado inmunológico, como los que adquieren el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) u otras inmunodeficiencias. Igual los pacientes oncológicos y los que viven con la Enfermedad Pulmonar Crónica (EPOC).

Los tratamientos, individualizados...

Cada paciente es un mundo distinto y como tal debe tratársele. A cada uno se le plantea un abordaje diferente, dependiendo su estado, edad y otras condiciones que se deben tener en cuenta.

¿Qué hace uno como paciente para dañar el tratamiento?

El pilar fundamental y primario es la toma de los fármacos con la posología indicada y en el tiempo solicitado. Si se estipula 5 o 7 días, pues los 5 o los 7 días deben cumplirse. La interrupción temprana de la terapia antimicrobiana induce a que las bacterias se vuelvan resistentes y que la neumonía u otra infección, en el futuro, sea más difícil de tratar y curar. En segunda instancia, afecta mucho el consumo de licor. Este hace que los medicamentos, particularmente los antibióticos, se absorban de manera errática. Así no cumplen su función. La exposición al cigarrillo y su humo también afecta.

¿Los fumadores están más expuestos a la neumonía?

Los fumadores tradicionales, los que vapean o usan el cigarrillo electrónico, tienen mucho más riesgo de desarrollar infecciones respiratorias, llámese neumonía, bronquitis u otras. Es que esa práctica lo que hace es alterar el adecuado funcionamiento bronquial. Pasa que acaban con los cilios, unas proyecciones de los bronquios. Así se promueve la colonización de los microorganismos.

¿Qué papel cumple la inmunización frente a la neumonía?

La inmunización es fundamental. Primero están las dosis contempladas en el Plan Ampliado de Inmunización (PAI), que es gratuito. Pero también están las dosis fuera de ese plan y a las que se puede acceder, según las indicaciones del médico tratante. La vacunación ha demostrado -científicamente- que disminuye la incidencia de neumonías, más en las poblaciones de riesgo.

Lo que se ingiera

"No hay algún alimento específico que interrumpa o impacte en los antibióticos. Sin embargo, hay algunos fármacos que si se consumen con lácteos, no tienen la misma absorción", dijo Hárold Alberto García Muñoz, especialista en medicina interna y neumología.

El experto agregó: "Mientras el paciente está recibiendo la medicación, este debe alimentarse correctamente. Lo ideal está en enfocarse en las proteínas y las verduras; evitando los ultraprocesados y las bebidas azucaradas (gaseosas). Todo debe estar a temperatura ambiente".

Síntomas comunes

Estas son algunas manifestaciones frecuentes en los pacientes con algún tipo de neumonía. Sin embargo, de una persona a otra los síntomas pueden variar. Tenga en cuenta:

• Malestar general.
• Tos, con expectoración o sangre.
• Fiebre.
• Sudoración nocturna.
• Escalofríos.
• Dificultad para respirar.
• Dolor de cabeza y/o en el pecho.