Los retos que pone de frente la maternidad y la consecuente crianza de un hijo requieren de toda la atención posible. Tomar decisiones, impartir órdenes, dar ejemplo, etc, en un mundo tan convulsionado no son tareas fáciles.

La fisioterapeuta Lorena Osorio Lizarralde, instructora del programa Mindfulness Based Stress Reduction, del Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, expone que es posible librar estas situaciones valiéndose de una herramienta que está al alcance de todas.

"Jon Kabat-Zinn dice que el mindfulness es la capacidad de prestar atención, de manera intencional, al momento presente y sin juzgar", explicó Osorio Lizarralde, agregando lo que ello nos permite.

Añadió: "No es tan fácil porque tenemos muchos estímulos, vivimos en piloto automático. Para las mamás es un poco más complicado porque tenemos que cumplir con varias tareas al tiempo: Trabajamos, estamos a cargo de nuestros hijos, estamos atentas al esposo, a la casa. Entre otras cosas".

La invitación de la profesional es a efectuar todo esto de manera consciente, con atención plena, para avanzar en ello de la mejor manera y sin mayores alteraciones que puedan agravar más las situaciones.

"Si dejamos de hacer varias cosas a la vez, nos enfocamos en una y con atención plena va a ser más fácil. Si yo estoy en automático todo el tiempo eso es lo que le voy a transmitir a mis hijos", planteó.

En el instante

Osorio, que es mamá de Mateo (22 años) y Benjamín (2 años), instó a las mujeres a dejar "el modo hacer" y entrar "al modo ser". Invitó a estar en un modo más espiritual, más presente, sin irse al futuro a resolver problemas que no existen; o devolverse al pasado, a la tristeza, a cosas que ya no se pueden cambiar.

"El mindfulness puede entenderse como esa 'herramienta' muy importante para las familias, para las mamás, para que estén más presentes con sus hijos y para que salgan de ese piloto automático, sin disruptores".

Osorio dijo que eso tiene una implicación muy grande en el autoconocimiento y la autogestión, que lleva a la autorregulación emocional. Eso, finalmente, lo terminan adoptando los hijos.

Desde la respiración

La profesional llamó a utilizar la respiración como ancla, como ese foco que trae al momento presente, cuando la mente se va: "En mindfulness respiramos tal y como se hace en la cotidianidad. Ya luego empezamos con meditaciones, atendiendo a las sensaciones del cuerpo", puntualizó la experta.

A partir de eso, conviene practicar algo que se distingue como PRO: Paro, Respiro y Observo: "Después de identificar la situación que me genera una emoción, me permito parar, respirar y observar qué sensaciones se están moviendo en el cuerpo. Y, a través de la respiración (que puede ser con conteo, unas 10), se entra de una manera muy diferente a lo que se tiene que resolver".

La experta recomendó dedicar, al menos, dos sesiones de 10 minutos al día para respirar. Basta con disponerse en una posición cómoda, con los ojos cerrados; e inhalar. Eso lleva, poco a poco, a la calma.

"Puedes llevar tu atención al punto entre las fosas nasales y el labio superior o al abdomen, esto último para una respiración diafragmática; para después notar como al inhalar, se expande, y al exhalar, se contrae. Pueden ser de 10 a 20, sin hacerlas de manera forzada".

Osorio también recomendó la estrategia que denomina "un minuto para llegar", que tiene que ver con tomarse ese tiempo antes de entrar a la casa, esto para dejar afuera la carga que se traiga del trabajo, de los problemas externos.

Ese lapso sirve para respirar y valorar las emociones, para resolver las pequeñas cosas ahí y no contaminar a la familia. Seguramente así, advirtió la experta, el relacionamiento al interior del hogar va a ser muy diferente.

En redes

Siga a Lorena Osorio Lizarralde en @lorenaosoriomindfulness.

Sobreestimulados

"Hoy los niños tienen más estímulos de los que nosotros teníamos cuando éramos pequeños. Tienen las pantallas con luz, movimiento y sonido, es más difícil centrar su atención en algo", lamentó Lorena Osorio Lizarralde.