Manizales. El periodista Yesid Mejía, quien el viernes en la noche estuvo involucrado en un accidente de tránsito en el barrio Linares y en el que resultó una persona lesionada, no trabaja en el periódico LA PATRIA ni tiene ningún vínculo laboral ni comercial con esta casa editorial, como señala en su cuenta de Facebook. Mejía chocó contra un puesto de comidas rápidas y lanzó contra el piso a una mujer que atendía y a un cliente. El hecho quedó registrado en video.

Ciudadanos agradecidos

Manizales. Habitantes del edificio Buenavista, sobre la avenida Santander, a los que les estaba tocando asumir las consecuencias de los problemas en los alrededores del puente Vizcaya, tales como tragedias por hechos e intentos de suicidio, le agradecieron de una curiosa forma (ver foto) a la Alcaldía por lo que ha hecho en este sitio de la ciudad con un cerramiento, presencia permanente de agentes de la Policía y otras medidas para mejorar el entorno. Ubicaron un pendón en la fachada del edificio para expresar agradecimiento.

Abuelo feliz

Manizales. Muy feliz se le ha visto al diputado Luis Roberto Rivas Montoya compartiendo con su nieto Joaquín Rivas, hijo de su hijo, Roberto Rivas. Está a la espera de conocer a su segunda nieta, Francisca, hija de Susana Rivas.

Dayro Moreno, enojado
Manizales. El viernes pasado, Dayro Moreno llamó al editor de Deportes de LA PATRIA, Osvaldo Hernández, enojado por la información que se publicó el 5 de este mes, en la que se dijo que él y su compañero Gustavo Torres se habían escapado de la concentración del Once Caldas, previo a la cuarta fecha de las semifinales de la Liga. El equipo aún tenía opciones. Dijo que eso no era cierto, que eran “chismes” y que se estaban metiendo en su vida privada. “Arreglemos esto como hombrecitos”, dijo. Cuando se le preguntó si era una amenaza, sostuvo que no, que él “era un caballero” y cortó la llamada. Lo particular es que el día de la publicación se le escribió a su Whatsapp, preguntándole si era cierto lo que se estaba denunciando. Respondió el saludo, preguntó qué necesitábamos, leyó el mensaje y no volvió a contestar, pero 10 días después llamó enojado a dar su versión.