LA PATRIA | MANIZALES

Los avances tecnológicos hacen que el mundo esté en constante evolución. Por eso, las personas deben adaptarse a los cambios que sugiere la globalización con las tendencias que se imponen en el ecosistema laboral.

De ahí surge la conferencia Nuevas realidades empresariales y laborales en Tecnologías de la Información (TI): competencias y habilidades de alto valor que dictó recientemente el manizaleño Rubén Darío Arias Arias, ingeniero de Sistemas y Telecomunicaciones de la Universidad de Manizales.

"Nuestro entorno laboral no es la ciudad, ni la región, ni Colombia, sino Latinoamérica. Y el mundo actual, por los avances de la tecnología, exige habilidades blandas más que conocimientos duros", comentó en la charla.

El también especialista en Gerencia de Proyectos y quien se desempeña actualmente como director de delivery en la empresa europea Intetics, dedicada al desarrollo de software, dialogó con LA PATRIA sobre su percepción del panorama laboral en la actualidad y a futuro, en relación con los acelerados avances tecnológicos.

¿Cómo ve el mercado de la tecnología en Latinoamérica?

La Ingeniería se ha especializado en muchas ramas. El ingeniero enfocado en la tecnología está en una oportunidad que yo la comparo, guardando las proporciones, con lo que fue el boom del sector del petróleo, porque ahorita toda empresa que quiera desarrollar un proyecto necesita tecnología. Esto lleva pasando desde inicios de la pandemia, porque aceleró la globalización.

¿Y cómo se encuentra con respecto al resto del mundo?

En países desarrollados, las empresas están teniendo niveles de productividad mucho más altos, porque están adecuándose a las tecnologías y tienen tiempos de respuesta más rápidos. Desde mi experiencia y con la información que tengo, la mayoría de empresas de los países en vía de desarrollo está entre 5 y 10 años atrasada respecto de los desarrollados, no en el uso de la tecnología, sino en el buen despliegue de esta.

¿Desde cuándo las TI empezaron a cobrar importancia en el mercado mundial?

La globalización comenzó hacia 1970, cuando Estados Unidos lanzó la primera versión de internet, para la comunicación de las fuerzas militares. Llevamos 50 años avanzando, pero en los últimos 7 años el hombre ha generado más información y conocimiento que en toda la historia de la humanidad desde que se tiene registro. Y se va a duplicar en los próximos 7. Los que estamos viviendo no hemos comenzado a mirar la revolución de la tecnología, estamos en menos del 1% de lo que va a pasar en los próximos siglos.

¿De aquí a 10 años cómo podría estar el panorama de la tecnología en las empresas?

En el ámbito empresarial, las empresas que no se transformen y evolucionen tenderán a desaparecer. Las personas ya no quieren trabajar en compañías burocráticas, que no se atreven a dar trabajo remoto. Esta modalidad de trabajo ya es una necesidad: en el campo de los desarrolladores, el 80% acepta un empleo si es remoto. Si las empresas no se adecúan a lo que el mercado pide, desaparecen.

¿Y en el ámbito cotidiano?

Los retos que tiene el hombre para las próximas décadas son el cambio climático, el desempleo y la hiperconectividad. Algo que sí es seguro es que vamos a tener más enfermedades mentales, porque estamos pegados a los dispositivos electrónicos, nos vamos a desconectar de la sociedad porque vamos a estar inmersos en la tecnología. En el resto de aspectos hay mucha incertidumbre. No puedo asegurar nada.

¿Cómo se encuentra Colombia en el mercado globalizado de las TI?

Tenemos un potencial inmenso para aprovechar todo lo que está pasando con la globalización. Lo más importante que hay que tener en cuenta es reconocer el nivel de inglés. En Colombia estamos actualmente con una deficiencia de miles de desarrolladores y a futuro de cientos de miles de desarrolladores.

¿Qué factor diferenciador tiene el Eje Cafetero sobre el resto del país?

Primero, la calidad humana. La persona de la zona cafetera tiene don de gentes; eso lo valoran las empresas con buena cultura organizacional. Por otro lado, la calidad de vida en la región es excelente, por lo que favorece la productividad: hay menos cansancio y estrés, eso mejora los beneficios para las empresas.