La gruta se ubica debajo de una roca de la que cae agua constantemente.

Fotos | Albeiro Rudas | LA PATRIA La gruta se ubica debajo de una roca de la que cae agua constantemente.

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A sus 83 años de edad, Everardo Marín tiene clara la fecha en que en una gran romería de vehículos, sobre todo camperos, y de caballos bajaron desde el casco urbano de Anserma (Caldas) por una carretera destapada y empolvada al cañón del Río Risaralda, en la vereda Los Encuentros. Esta zona está muy cerca de los límites de los departamentos de Caldas y Risaralda.

El desfile lo encabezaba la imagen de la Virgen del Carmen. Era el año de 1956, dice Everardo, y el padre Luciano Arias, párroco del templo de Santa Bárbara, en Anserma, bendijo la imagen, que se empotró en un nicho de cemento en un resquicio de la Roca. Recuerda incluso a un conductor, a quien apodaban Mono Cristo, que venía con la idea de que en ese sitio solitario y algo fantasmal de la carretera, donde caían rocas desde la parte alta de la montaña, y donde al otro lado había un abismo que da con aguas del río Risaralda, se ubicara la imagen de la Virgen del Carmen, protectora de los conductores.

Al terminar la misa, se dejó allí la imagen con una alcancía de metal pegada al cemento, pero luego se la robaron. Al domingo siguiente al hurto, cuenta Everardo, el padre Luciano dijo en la misa que ojalá se le pudrieran las manos a quienes cometieron ese robo y el sacrilegio.

Cada determinado tiempo, la imagen es llevada hasta el casco urbano para ser restaurada.

Cada determinado tiempo, la imagen es llevada hasta el casco urbano para ser restaurada.

La imagen de la Virgen fue luego vandalizada por unos muchachos que le dieron martillo, así como a los ángeles que la acompañaban. Esto obligó a reconstruirla y a ponerle una reja metálica, que impide que se pueda ver la imagen en todo su esplendor. Quedó encarcelada, pero era la única manera de protegerla de tanta maldad, cuenta Everardo.

Sin embargo, quien transite por este paraje solitario y sobrecogedor se encontrará con una gran peña de donde constantemente cae agua en gruesas goteras desde su parte superior. Al otro costado que da con el río Risaralda se escucha el ruido constante de su caudal golpeando contra las rocas, porque se encuentra cubierto por la vegetación y no se aprecia su cauce.

Durante la época de la Violencia, dice Everardo, daba miedo pasar por allí por las noches porque siempre había veladoras encendidas y la sombra de la imagen de la Virgen se proyectaba intermitente en la carretera.

Grandes rocas caían en esta zona de Los Encuentros.

Esta imagen lleva allí 66 años y cada que se restauraba, de Anserma se desplazaba un desfile de creyentes hasta su gruta. Asegura Everardo, con la fe puesta, que esta imagen ha cuidado y protegido a la población de muchos desastres naturales. De vez en cuando van familias y prenden veladoras y cada año, en la fiesta de la Virgen del Carmen, los conductores la visitan en caravanas y se aprovecha para celebrar en el sitio una misa.

Otras personas van hasta allí a rezar y a pedirle favores. Además, los conductores se encomiendan a ella para que no caigan rocas desde la parte superior de la montaña o para que les impida caer por uno abismo al río Risaralda.

 

La Virgen del Carmen es la protectora de todo tipo de vehículos, terrestre, aéreos y marítimos.

Everardo Marín.

Everardo Marín.

Los conductores dejan veladoras para homenajear a la Virgen y algunos devotos le hacen mantenimiento al lugar.

Los conductores dejan veladoras para homenajear a la Virgen y algunos devotos le hacen mantenimiento al lugar.

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