En Riosucio, municipio del occidente de Caldas, se unen para mejorar la vía hacia Alto Pulgarín, Aguacatal, La Iberia, El Palal, Portachuelo, entre otras.

Foto | Cortesía | LA PATRIA

En Riosucio, municipio del occidente de Caldas, se unen para mejorar la vía hacia Alto Pulgarín, Aguacatal, La Iberia, El Palal, Portachuelo, entre otras.

LA PATRIA | Riosucio*

Las mingas son la voz de los pueblos indígenas, también son un escenario para la reconciliación. Que lo diga Herney Becerra, firmante de paz en Riosucio. “Estamos para apoyar y trabajar de la mano de las comunidades. Si nos unimos, a pesar de las diferencias, podemos hablar de paz”.

Ayer, en el Centro Cultural de la comunidad de Panesso del Resguardo Cañamomo Lomaprieta, el trabajo comunitario resplandeció para mejorar la vía de acceso a Alto Pulgarín, Aguacatal, La Iberia, El Palal, Portachuelo, La Rueda y Panesso.

Fue una jornada llena de sudor, siempre con el propósito de fortalecer la reconciliación en este territorio. Allí 12 firmantes de paz, 9 víctimas del conflicto y 7 integrantes de la comunidad pertenecen a la Cooperativa Multiactiva Indígena por la Paz (Coomipaz), que se unió a la minga liderada por las autoridades tradicionales indígenas de Cañamomo Lomaprieta.

Se contó con la presencia de representantes de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN).

Con palas y machete

La minga duró cinco horas, con la participación además de víctimas del conflicto y cabildantes. Con palas, palines, machetes y azadones no solo se dejaron huellas en la tierra, sino que se escribió otra historia por la reconciliación de este territorio, donde soplan vientos de paz.

“Estos escenarios buscan fortalecer los brazos de hermandad. Debemos mantener ese trabajo para satisfacer las necesidades de la comunidad y mantener la unidad”, resumió Kellerman Guerrero, gobernador del Resguardo Cañamomo Lomaprieta.

Opinan

Jorge Eduardo Gañán, firmante de paz

Estas mingas son un tejido de armonía y paz. Además, una apuesta por la reconciliación del territorio.

Luisa Fernanda Uchima, psicóloga del Resguardo Cañamomo Lomaprieta

Las jornadas acercan a las comunidades en el proceso de reincorporación y generan espacios de interacción para dignificar su proceso.

Anyi Paola Hernández, coordinadora de Educación Resguardo Cañamomo Lomaprieta

Con los encuentros damos sentido a la palabra comunidad y unimos fuerzas por el bienestar de este territorio, donde todos tenemos espacio.

María Solaina Ayala, cabildante de la comunidad de Aguacatal

Nos encontramos para trabajar de la mano. Estas mingas les dan valor y sentido a las comunidades.

El dato

Coomipaz está conformada por 12 firmantes de paz, 9 víctimas del conflicto armado y 7 integrantes de la comunidad.

*Con información de la ARN.