Ilustración | Natalia Manzano Ávila | Papel Salmón
En el proyecto “Mujeres escritoras centenarias del Gran Caldas, II etapa” del Banco de la República, Alba Lucía Hurtado hablará sobre Helena Benítez Trejos de Zapata el próximo miércoles 21 de agosto.
Alba Lucía Hurtado
Papel Salmón
La periodista y escritora Helena Benítez de Zapata nació en Riosucio (Caldas) el 26 de junio de 1915, en una época en la que Colombia presentaba un panorama de vida difícil y limitado para las mujeres.
En aquel contexto, la influencia religiosa arraigada en la región imponía normas estrictas tanto desde la Biblia como desde los mandatos de la Iglesia Católica y la sociedad. El matrimonio era considerado el ideal único, donde la mujer debía subordinarse a los deseos de su esposo, renunciando a sus propias necesidades y sueños. Este era el panorama general aceptado por la sociedad.
El Manual de la perfecta casada (1), Morir de amor (2) y el concepto del “deber derecho masculino de castigo”, según López 2019 (3) promovían el control y sometimiento de las mujeres, quienes sufrían acoso moral y físico por parte de sus cónyuges. Legalmente, ellas eran consideradas incapaces de asumir compromisos o negociaciones sin un representante, que solía ser su padre o esposo, dependiendo de si estaban solteras o casadas (4).
Esta condición, más histórica que cultural, iba en contra de la naturaleza femenina al privarlas de libertad y autonomía para decidir sobre sus propias vidas (5).
Sus padres
Hija de Manuel Benítez y Edelmira Trejos (6).
Él fue un comerciante próspero del municipio de Riosucio, importador de mercancías, hombre que además era laborioso, inteligente, político activo del Partido Conservador y periodista fundador del primer periódico, llamado El Deber, que además escribía versos en ocasiones especiales dedicados a su familia, un padre ejemplar que influyó profundamente en la vida de Helena.
Su madre una mujer abnegada y piadosa, repercutió en ella para su ingreso al convento de las Hermanas Vicentinas.
Es la cuarta hija de una familia numerosa, para su padre ella pertenecía al segundo matrimonio, donde se unieron sus nueve hijos.
Desde pequeña se caracterizó por mostrar habilidades y gusto por la música, el canto, la enseñanza y el periodismo: inquieta quería conocer de primera mano los hechos importantes y representativos de su pueblo, como la puesta en prisión de un hombre, acusado de cometer un delito o la escena del suicidio de uno de los vecinos (7).
De la vida religiosa a la política
Helena vive dos periodos de tiempo de su vida en su tierra natal.
La infancia y adolescencia, participando en las celebraciones de las hermanas Vicentinas, siendo parte de la comunidad por espacio de tres años, el retiro de la vida religiosa y su ingreso a la Secretaría de educación del departamento como profesora.
Posteriormente en el año de 1955, con Gustavo Rojas Pinilla como presidente de la República y bajo la gobernación del brigadier Gustavo Sierra Ochoa, es nombrada como la primera alcaldesa de Colombia en Riosucio (Caldas), donde desempeñó sus funciones haciendo énfasis en la construcción y mejora de escuelas, reparación de vías de acceso veredal y trabajó arduamente por promocionar entre sus habitantes procesos de tipo cultural, lo mismo que actividades deportivas. Es sorprendente, para esta época encontrar que Helena recibió su cédula de ciudadanía posterior al desempeño del cargo de alcaldesa.
Docente en varios municipios del Gran Caldas como Quinchía, Anserma, Belén de Umbría, Pereira y en Manizales en el barrio El Carmen y la Concentración Santander. Se vinculó como columnista del diario local LA PATRIA, Radio Manizales, empleada de la Gobernación de Caldas y Directora de la biblioteca municipal de Manizales.
Luchadora incansable por los derechos de la mujer, en especial los políticos. Consideró de vital importancia que tuviera la posibilidad de participar en las urnas como una de las mejores opciones para ser visualizadas en una sociedad, que las consideró como aptas solo para la vida familiar. Hizo parte del Comité Nacional Femenino que través de las negociaciones y las protestas logró el voto en el plebiscito del 1 de diciembre de 1957.
En 1957, decide junto con su familia radicarse en Cali, allí se vincula con los diarios El País, El Pueblo y Diario de Occidente, emisoras de radio, la vida cívica y la Alcaldía de la ciudad. Trabajó por los niños habitantes de calle y las obras de caridad que la hicieron conocida en la región y el país como el ‘Circo de Variedades’.
La música y la literatura
Enfrentó dolorosas perdidas de seres queridos en su vida: sus tres hijos mayores, su primer esposo víctima de la violencia bipartidista, su padre ejemplo de vida y a quien le debe según ella el amor por la escritura, y su mamá. Su familia afirma que plasmó en sus más de setenta canciones gran parte de su dolor.
Desarrolló e impulsó su faceta de compositora en compañía de figuras como Helenita Vargas (La Ronca de oro), Billy Pontoni, Fausto, Marlen Tovar, Olimpo Cárdenas, entre otros que interpretaron sus composiciones musicales.
Escribió cuatro libros, dos autobiográficos llamados: Mi vida en estaciones y Marinela, este último publicado de manera póstuma. También Carmen la loca, como una referencia a la vida de una mujer que se dedicó a la prostitución y las implicaciones que esto conllevaba, su prólogo fue realizado por Otto Morales Benítez. Del Paraíso al infierno, una crónica que relata el secuestro de una persona que recupera su libertad, con prólogo de Álvaro Gartner Posada.
Profesora, escritora, columnista, compositora, dejó un legado que permanece vivo y nos corresponde conocer, además y con suma importancia, fue feminista respetuosa por los derechos de los otros.
Notas
- Torres, A. V. (1920). La Perfecta Casada. Madrid. Sociedad de autores españoles.
- Paola, L. J. (2018). Morir de Amor. Geminis.
- Torres, A. V. (1920). La Perfecta Casada. Madrid. Sociedad de autores españoles
- Código Civil Colombiano. 1870.
- Ríos, M. L. (2005). Los Cautiverios de las Mujeres. Ciudad de Mexico. UNAM.
- Benítez, de Zapata H.P. (1987). Mi vida en Estaciones Pág.33, 38. Editorial Lealon. Medellín Colombia, noviembre de 1990.
- Benítez, de Zapata H.P. (1987). Mi vida en Estaciones Pág.33, 38. Editorial Lealon. Medellín
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