Foto | EFE | LA PATRIA Personas colocan ofrendas florales en una imagen del maestro Fernando Botero durante un homenaje tras su fallecimiento, hoy, en la entrada del Museo de Antioquia en la Plaza Botero, en Medellín.
Las voluminosidades que llevaron al arte colombiano al reconocimiento mundial reposan este viernes huérfanas en museos de Bogotá y Medellín tras la partida de su creador, Fernando Botero, pero con la misión de recordar al maestro que reivindicó las curvas y mostró su generosidad al donar gran parte de su obra a su tierra.
"Se nos fue el maestro", expresó el vendedor ambulante Héctor Ruiz mientras tocaba los pies de "Mujer con espejo", una las 23 esculturas exhibidas al aire libre en la icónica Plaza Botero de Medellín, donde se percibe el dolor por la partida del artista colombiano que quiso inspirar a otros alimentando con su obra a su ciudad, especialmente con las donaciones que hizo al Museo de Antioquia.
El pintor y escultor, el artista colombiano más célebre, falleció este viernes a los 91 años. Nacido en Medellín el 19 de abril de 1932, seguía pintando en su estudio hasta que sufrió una neumonía por la que tuvo que ser ingresado en Mónaco, donde falleció.
"Los museos del mundo fueron su gran universidad, por eso tuvo que salir de Medellín. Y como entendía lo difícil que es para todos, quiso fortalecer a este museo para que los niños, las niñas, los jovencitos y todos los que quieran hacerse artistas pudieran tener una institución que fuera su casa", dijo a periodistas la directora del Museo de Antioquia, María del Rosario Escobar, quien agregó: "Colombia está de luto".
Este museo de 18.000 metros cuadrados, ubicado en el centro de Medellín y frente a un espacio artístico como la plaza, cuenta con una colección de 9.000 obras, de las cuales 189 pertenecen al maestro Botero como parte de paulatinas donaciones que hizo.
El legado del maestro
En la década del 70, el esplendor de la "Monalisa Niña" llegó a este espacio que después acogió una "obra fundamental" como "Pedrito" y que continuó con otras entregas, la última de ellas, en 2012, fue la serie completa de "Viacrucis: La Pasión de Cristo", con un total de 61 obras.
Entre esculturas como "Mano", "Esfinge Rapto de Europa", "Cabeza", "Gato", "Perro", "Mujer reclinada", "Soldado romano" y "Hombre a caballo" empezó un desfile de flores y a sonar música para rendirle tributo al artista de las voluminosas figuras, que se fue apagando con el fallecimiento en mayo pasado de su esposa, la griega Sophia Vari.
Pese al dolor que causa la partida de Botero, en el museo abrieron las puertas este viernes de forma gratuita para "celebrar su vida, recorrer sus salas y comprender la magnitud de su generosidad", además de convertirse en un escenario de agradecimiento para el pintor y escultor con la llegada de arreglos florales con girasoles, margaritas y rosas, que empezaron a acumularse en la entrada.
Botero en Bogotá
El Museo Botero de la capital colombiana no se quedó atrás y "La Mano" recibió este viernes a los visitantes que, recorriendo las salas de este espacio que contiene 123 obras del maestro y otras de artistas como Picasso y Dalí, pudieron rendir el mayor homenaje: admirar las curvas de las pinturas y esculturas que Botero realizó incansablemente durante décadas.
Emeli Herrera y su grupo de compañeros de la universidad llegaron al centro de Bogotá para ver las líneas voluptuosas que "desde otras perspectivas" crearon un estilo artístico con líneas "no tan rígidas, sino más orgánicas", contó a EFE.
"Hoy es un día de luto para el arte nacional, nos deja un artista con una profunda ética de trabajo", lamentó Sigrid Castañeda, jefa de servicios al público y educativos de los museos del Banco de la República y curadora e investigadora de arte colombiano, quien alabó las donaciones de Botero a los museos "en un país como Colombia donde el acceso al arte es tan elitista y jerárquico".
Y es que al principio Botero "fue duramente criticado por sus formas y sus personajes que no apelaban a los clásicos cánones de la belleza", pero su estilo de "ampliar los volúmenes de los objetos representados" ahora es uno de los más aplaudidos en el mundo, que conoció al arte colombiano en gran parte gracias al maestro.
"Los museos más importantes del mundo tienen obras de Botero", en palabras de Castañeda, pero son sus compatriotas los que, sin duda, nunca olvidaran a un artista que trascendió.