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La contaduría es un engranaje de las finanzas personales y empresariales.
ESPECIAL | LA PATRIA | MANIZALES
Pueden ser muchas las profesiones que se establecen con un sentido más vocacional: un médico lo hace por sentido del servicio, un arquitecto ve en el diseño de construcciones una pasión especial y un artista plástico establece en la creación de sus obras su más profunda convicción. Asimismo, hay profesiones con un sentido más técnico, que incluso algunos definen como aburridas y hasta les cuesta entender la motivación de quien se dedica a ella.
Sin embargo, son muchos los que ven en profesiones como la contaduría pública una forma de explotar sus habilidades, considerar cuál es la importancia de su existencia y tener los conocimientos del funcionamiento financiero de una organización. Así se asimila esta labor porque, para decirlo en términos coloquiales, es “la que cuenta el billete”.
Completa el engranaje
Un departamento de contabilidad es un órgano fundamental para que el sistema funcione. No es solamente “contar la platica”, es el encargado de establecer la cuantía de los bienes, las deudas y el patrimonio que posee la empresa, llevar el control de ingresos y egresos, determinar las utilidades o pérdidas obtenidas al finalizar el periodo contable u ofrecer información ordenada del estado económico y financiero de la empresa. Es decir, es el que dispone con qué y cuánto va funcionar la entidad. También maneja la nómina, o sea, es “el que firma”.
El gerente, los ejecutivos y los empleados de las partes más operativas crean las estrategias de trabajo, de producción, de servicios y demás componentes, pero es el contador quien les dice a todos ellos si hay con qué, porque todo se puede quedar en buenas intenciones si el músculo financiero no está en un buen estado. También puede ser propositivo para crear o establecer estrategias y que así se tomen decisiones o correctivos, en caso de que haya alguna afugia que se deba solucionar.
El contador también es una persona que es requerida por quienes, al final de cada año fiscal, les deben rendir cuentas a las autoridades tributarias. Cada que comienza ese periodo son montañas de papeles y facturaciones las que pasan por sus manos para determinar, en cuestión de impuestos, “de cuánto estamos hablando”, un proceso para muchos engorroso e, incluso, “doloroso”, pero que deja sin futuros problemas legales a quien encomiende una correcta declaración.
Gestión de información
Uno de estos expertos de los cálculos es Juan David Arenas Muñoz, contador egresado de la Universidad de Manizales, quien trabaja desde hace 14 años en Adylog, una compañía que se encarga de las operaciones administrativas y contables de las empresas TopTec y Herragro, del sector de la manufactura de construcción y herramientas en general.
Para Juan David, la contaduría ha sido su elección de vida profesional por el manejo, el acceso y la gestión de información de una empresa, la manera en la que ha podido adquirir conocimientos sobre todo el proceso productivo ―no solo de la parte contable― de las empresas para las cuales trabaja como liquidador de costos. Además, él se encarga de fijar cuánto cuesta la fabricación de un producto, que sirve para establecer cuál es su precio en el mercado y mantener las ofertas de las marcas en rangos competitivos.
Él es un ejemplo de cómo el contador hace parte de la planeación y ejecución de los procesos dentro de las organizaciones, una profesión que, entre tantos números, estrategias, manejo de información y coordinación de objetivos, resulta emocionante para quienes ven en el mundo empresarial su vocación, así como les pasa a los médicos, arquitectos o artistas.
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Juan David Arenas Muñoz, contador egresado de la Universidad de Manizales
Homenaje a los contadores
Cada 1 de marzo se celebra el día del contador público en Colombia.
Numerosos
En 2020, de acuerdo con la Junta Central de Contadores (JCC), en Colombia había aproximadamente 230 mil 400 contadores públicos.