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La desaceleración económica, para el tercer semestre del año, se convirtió en decrecimiento del PIB nacional (-0,3%). La contracción tomó por sorpresa al Ministerio de Hacienda, que esperaba un crecimiento bajo y ahora le urge invertir y ejecutar presupuestos.
LA PATRIA | MANIZALES
Por primera vez en dos años y medio, el Producto Interno Bruto (PIB) colombiano decreció. Antes del reporte publicado el miércoles por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre el tercer trimestre del 2023, había que remontarse hasta finales del 2020 para encontrar un balance negativo.
Esta vez el decrecimiento del 0,3% tomó por sorpresa al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien aseguró que "el reporte del DANE realmente es malo", y que todavía se sienten "los procesos de desaceleración económica".
Responsabilidades y soluciones
"No ha habido cierre financiero de muchas obras, por eso el sector que más cae es construcción. El Gobierno tiene los proyectos, los ha sacado a adjudicación para que los privados los construyan y las restricciones en las tasas de interés impiden el cierre financiero. Lo mismo pasa con vivienda, el Ejecutivo no construye, sino los privados, nosotros entregamos subsidios", defendió el ministro Bonilla sobre el actuar gubernamental.
La fórmula para recuperar la economía, según el funcionario, es avanzar en obras civiles y de vivienda y dinamizar la actividad industrial. "La inversión hay que reactivarla, Hay que reducir el pago de deuda para aumentarla. Eso rompe regla fiscal", concluyó.
Para invertir la tendencia: inversión
Los analistas y la Asociación Nacional de Industriales (Andi) tienen la misma preocupación que la cartera de Hacienda: la caída del 11% en la inversión es el principal obstáculo que se debe franquear.
Este desempeño preocupa al director del centro de investigación Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, quien dijo que la inversión es el pilar que sustenta el crecimiento económico de largo plazo.
El clima de incertidumbre, interpretado por Mejía, se alimenta del aumento en el costo del empleo formal en la reforma laboral, la no actualización de los peajes a principios de año, los cambios en las metodologías de focalización para la entrega de viviendas y la falta de certidumbre del sector mineroenergético.
"Es fundamental que el Gobierno dé señales de certeza para que la dinámica de inversión pueda revertirse en el corto y mediano plazo", puntualizó Mejía.
Riesgo de recesión
La baja inversión, según la Andi, además de deprimir el dinamismo de la economía, compromete el crecimiento futuro del país, que convive con una disminución de la demanda, altas tasas de interés, altos costos de producción y "el deterioro en el clima para los negocios".
“Este escenario complejo, no solo de desaceleración, sino de decrecimiento, debe poner sobre la mesa la necesidad de que el país cree e impulse una estrategia de crecimiento económico potente y concreta, que reúna a todos los sectores económicos”, exhortó Bruce Mac Master, presidente de la Andi.
La disminución en la compra de neveras, carros y lavadoras, para Martín Jaramillo, director del Centro de Gerencia y Empresa, Eafit, es un síntoma de la desconfianza de los consumidores en el porvenir de la economía.
A él, como a la Andi, le preocupa que no se esté invirtiendo lo suficiente. "Es un indicador que demora en manifestarse. Al principio cae la inversión; luego, el empleo y la producción", advirtió Jaramillo, quien también le reprocha al Gobierno falencias para propiciar confianza inversionista y seguridad.
Baja expectativa
Lo que se esperaba en el tercer trimestre era un crecimiento bajo del 0,5%, indicó Jorge García, profesional de Estudios Económicos y Competitividad de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas. Por eso, aunque las expectativas no eran altas, el decrecimiento del 0,3% generó sorpresa.
¿Qué hay detrás de esa caída? La desaceleración mundial de la economía, que impacta al país, es una de las causas, analizó García. "Urge una política de reactivación económica para poder llegar a tasas de crecimiento económico anual que ronden el 5% a través de la generación de empleos de calidad" fue el llamado que hizo el experto.
Industria, otra incógnita
El analista de la Cámara de Comercio también alertó sobre la industria manufacturera, que define como un "sector tractor que genera muchos encadenamientos productivos" y pasa por un mal momento.
Para septiembre del 2023, la Encuesta Mensual Manufacturera del DANE mostró caídas de este sector en Caldas, frente al mismo mes del año pasado. La producción real bajó un 6,5%, las ventas reales disminuyeron en 7,9% y el total de empleo cayó 3,3%. Esta efecto no solo es local. En el país, para el mismo lapso, se registró un bajón del 6,9% de la producción real y del 1,8% en personal ocupado.
Además del llamado al Gobierno para poner en marcha una política de reactivación económica, García también dijo que las altas tasas de interés del Banco de la República son algunas de las razones de la desaceleración, ya que generan "menor inversión privada y menor consumo de los hogares", que a su vez causan menor demanda y debilitan la generación de empleo en la industria.
Pero detrás de la firmeza en la postura de no disminuir las tasas de interés, según Jaramillo, hay un argumento: "El manejo fiscal de los ingresos del Gobierno ha sido excesivo y derrochón, lo cual no ha permitido que ceda la inflación y ha llevado a que el Banco de la República se demore más de la cuenta en bajar las tasas de interés".
Los dos caminos para la economía nacional, entonces, están claros: generar condiciones para la inversión y el trabajo conjunto de públicos y privados o descuidar el espectro incipiente de una recesión económica.
Los sectores más golpeados
La construcción (-8%), las industrias manufactureras (-6,2%), el comercio al por mayor y al por menor, la reparación de vehículos automotores y motocicletas, el transporte, el almacenamiento y el alojamiento y los servicios de comida (-3,5%) fueron los sectores que más decrecieron en el tercer trimestre del año.
La cara positiva
Para el tercer trimestre del 2023, las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación; las actividades de los hogares individuales en calidad de empleadores, las actividades no diferenciadas de los hogares individuales como productores de bienes y servicios para su propio uso crecieron un 11,8%.
Además, las actividades financieras y de seguros llegaron al 8,8%. Por su parte la administración pública y defensa, la seguridad social de afiliación obligatoria, la educación, la atención de salud y los servicios sociales aumentaron un 4%.