Foto | Freddy Arango | LA PATRIA
Néstor Buitrago Trujillo, Caldense del Año 2022.
LA PATRIA | MANIZALES
Tranquilo y sosegado, con la calma que siempre refleja, pero con la fuerza y contundencia de sus palabras, acompañadas por el movimiento firme de sus manos, el Caldense del Año 2022, Néstor Buitrago Trujillo, no duda en insistir en la necesidad de un liderazgo colectivo para Manizales y Caldas, con el fin de volver a impulsar esa región que en otras épocas fue ejemplo nacional.
En su amplia oficina de 5 metros de ancho por 7 metros largo, en el segundo piso del edificio Plaza, en la Plaza de Bolívar de Manizales, y donde se ve el movimiento continuo de su trabajo, este hombre de 84 años, reconocido por su civismo, sus obras sociales, educativas y de liderazgo, insiste en que simplemente se trata de concertar por el bien de la región. "La foto se la pueden tomar a cualquiera", asegura.
Desde su balcón le da una mirada a lo que pasa por el Centro Histórico de la ciudad, recordando de paso que este fue el escenario de grandes discursos "veintejulieros" de algunos candidatos que pasaron por Manizales, lo que le da pie para insistir que hoy se requieren personas con voluntad, conocimiento y unión desde el sector privado y público para volver a ese liderazgo colectivo de antes, y que hoy está faltando en la región y en el país.
También asegura que, aunque muchas veces le hicieron el guiño para que fuera alcalde de Manizales, él prefirió la paz y la tranquilidad de su hogar, como quiera que a su esposa, Esperanza González Ocampo, poco le gustó esta opción.
En diálogo con LA PATRIA, el Caldense del Año insiste en que este es un premio inmerecido, que recibe con humildad.
Logros y cambios
- ¿Cómo recibe este reconocimiento regional?
Realmente con sorpresa, este es un honor que me llega muy al alma. Mi discurrir se ha enfocado en mi vida profesional y en dedicar una buena parte de mi tiempo a participar en actividades gremiales y de ciudad. Quizá esto fue lo que el jurado entendió y, obviamente, los honores no se rechazan. Lo considero inmerecido, pero lo recibo con toda la humildad y alegría, pues es la mejor herencia que les puedo entregar a mis hijos y a mis nietos, esa es una realidad.
- ¿Cuál diría que es el mayor aporte suyo a la región?
Uno trata de hacer muchas cosas y, en mi caso, he tratado de servir y aportar, pero creo que hay unas cosas que pueden ser significativas. Una es haber participado en la fundación de la Universidad Autónoma de Manizales con un grupo que lideraba el padre Leopoldo Peláez (en 1979). Incluso sus primeros meses operaron en la parte alta de este edificio, mientras se adecuaba la Estación del Ferrocarril, que era propiedad de la Alcaldía y que en este momento estaba dedicada a darles vivienda a unas familias que habían conformado unos tugurios. Esa formación educativa fue muy positiva para mí, pues fortalecer esa vocación de gente mejor preparada y comprometida fue muy importante para la región.
- También fue de los primeros en dar un ejemplo de diversificación agrícola...
Sí, siendo cafetero en los años 70 inicié un proceso muy racional para empezar a promover la diversificación en el campo, con opciones como la citricultura, tarea que impulsó el Comité de Cafeteros. Ahí dejamos algunos mojones, pues la idea es que no solo fuera café, sino que también hubiera, por decir algo, café con leche. Luego hicimos cambios con el aguacate y se mostraron otros senderos. Como decían los viejos: "No se pueden tener todos los huevos en la misma canasta".
- Como constructor, ¿hay una obra que le genere un orgullo especial?
Una satisfacción personal fue comenzar a romper y a cambiar todo el comercio que estaba concentrado en el Centro Histórico, cuando hicimos en 1975 el centro comercial Los Rosales. Era el primer edificio de locales de cierta categoría y de cierta forma y eso desencadenó un desarrollo importante sobre la avenida Santander y descentralizó el comercio. Era una apuesta arriesgada para el momento y lo hicimos con esa conciencia de crear nuevos núcleos comerciales.
Visión y liderazgo
- ¿Qué le falta o le gustaría hacer? ¿Hay algún reto que haya tenido entre ojos?
Sí, no es propiamente en el ámbito personal, sino en el regional. Yo soy un convencido de que esta región necesita su Aeropuerto del Café, pero no el aeropuertico de 1.460 metros para reemplazar La Nubia sino uno que le permita al departamento hacer, por lo menos, vuelos continentales. Eso desencadenaría un gran desarrollo para toda esta región y para los departamentos vecinos sería un detonante de desarrollo como lo fue en su momento El Dorado para Bogotá y el José María Córdova, de Rionegro, para Antioquia.
- Usted también siempre ha hablado de esa visión de desarrollo sobre el Kilómetro 41...
Por supuesto, yo creo que ahí tenemos servida una oportunidad inmensa, pues diría yo que es el ombligo de la Troncal de Occidente de Colombia, es el centro entre Medellín y Cali o entre la costa Atlántica y la Pacífica, un sitio de magnífica topografía donde hay agua, donde pasa la interconexión eléctrica del occidente del país, donde hoy o mañana tendrá que reconectarse el ferrocarril, que sería muy cercano a este Aeropuerto del Café, que algún momento tendremos funcionando. Manizales ya está peleando contra la ladera del volcán y creo que hay aquí algo fundamental para desarrollar.
- ¿Qué nos ha faltado en esos dos proyectos, por ejemplo?
Para mí simplemente es concertar. Los manizaleños y caldenses como que no nos sentamos a concertar como lo hacen los antioqueños e incluso los mismos risaraldenses. Aquí el uno dice una cosa por la mañana y el otro por la tarde dice lo contrario. Entonces nos falta concertar y mirar qué es lo bueno para la región, ya la foto se la pueden tomar a cualquiera.
Poco liderazgo
- ¿Falta entonces liderazgo? ¿Cómo lo ve hoy en día?
Liderazgo colectivo, sí. No ese líder como el que se asomaba antiguamente a echar un discurso, como lo hacían exactamente desde esta oficina y desde este edificio, cuando la Cámara de Comercio ocupaba este lugar. Yo digo que tienen que ser colectivos, con personas con voluntad y conocimiento y desde el sector privado con el público, eso es lo mínimo. Creo que nos esta faltando mucho ese liderazgo colectivo de antes, del siglo pasado, que era tan fuerte en Manizales y que permitió que esta región fuera tan admirada y se sacaran tantas cosas a través de esa concertación.
- ¿A qué se puede deber que el alcalde y el gobernador a veces se muestren inferiores a los retos de la región? ¿De pronto a la juventud e inexperiencia?
No lo sé, lo que sí creo es que durante muchos años la Cámara de Comercio tuvo un liderazgo muy importante. No es que hoy no lo tenga, pero me parece que falta hablar más. En otra época, cuando estaba la Corporación Financiera, era muy promotora y aglutinadora y el Comité de Cafeteros también tuvo un liderazgo muy grande. No sé de dónde hay que concitar, pero hay que hacerlo. No diría que es un problema de que sean más o menos jóvenes, en lo que insisto es que hay que concitar más la opinión de los manizaleños y caldenses.
- Porque en el caso del alcalde y del gobernador lo que se cuestiona es que les gusta ser muy protagonistas, pero a veces les falta mayor concertación...
Yo pienso que en general falta más diálogo de todos, que ese diálogo tiene que ser constructivo y que debería llevar a hacer concertaciones sobre lo más importante y necesario para la región, pero eso es entre todos.
- ¿Le habría gustado ser alcalde?
Me lo propusieron muchas veces, pero la verdad que nunca le hicimos frente al tema, no por falta de decisión, la verdad. Y, tengo que decirlo con todo respeto, a mi señora no le gustaba mucho el asunto, entonces preferí más la paz del hogar que otra cosa, pero sí estuve muy cerca de algunos alcaldes, en la medida en que de alguna forma les pudiera servir.
- ¿Se arrepiente de haber apoyado al alcalde Carlos Mario Marín?
Cómo le parece que con él me une una amistad, porque él estudió en la Universidad Autónoma y fue del Consejo Superior, como representante de los estudiantes, y allí hablamos mucho. Coincidencialmente cuando fue la elección, hace cuatro años, yo estaba viajando, y entonces no puedo decir que voté y que después me arrepentí. Sí le he dicho siempre que hay que concertar.
Nuevos líderes
- ¿Usted cree que Manizales se ha anquilosado, que ha retrocedido?
Pues no lo veo así, pero me llama la atención que en esa toma de temperatura que hace el programa de Manizales Cómo Vamos hay unas variables muy sensibles en las que se ve decrecimiento. Por eso insisto que sí nos está haciendo falta concertar más, creo que cada uno está caminando por su lado y eso lo siente la ciudad.
- ¿Qué valora de los jóvenes de hoy que en los líderes de antes no se veía?
El emprendimiento. Antes se salía y se empezaba a buscar un empleo, pero hoy en día uno encuentra que muchos jóvenes entendieron el concepto que no es salir a buscar un puesto sino generar empleo. En esto, programas como Manizales Más han hecho un trabajo estupendo, junto con varios de los programas que ha impulsado la Cámara de Comercio.
- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la región?
Entre lo mejor veo una universidad consolidada, importante y con unos ranking muy positivos, además de empresas consolidadas desde hace años. Y no veo lo malo, más bien lo que pienso es que hay muchas fortalezas que debemos potenciar. Por eso vuelvo y repito, nos están sirviendo en bandeja de plata ese proceso de conexión de la Troncal de Occidente que arranca en Paraguachón, en límites con Venezuela, y va hasta Tulcán, en el Ecuador. Ahí hay muchas posibilidades de hacer cosas y si no somos capaces de hacerlo solitos, pues hay que juntarse con otros. Pacífico Tres, como lo han llamado, es solo un pedacito de las ventajas que hay.
¿También afecta el centralismo nacional y que usted tanto ha criticado?
Eso es terrible, uno encuentra que en el crecimiento por regiones Bogotá y Cundinamarca generan cerca de 65% del PIB de Colombia, aunque son alrededor del 20% de población. Por eso, cuando se brinca a Manizales y Caldas esa participación es mínima, ese es el centralismo, porque todo lo manejan desde Bogotá o dejamos que nos lo manejen, y si nos miden por PIB dan a entender que no nos hacen falta muchas cosas. Por eso es necesario un trabajo más colegiado de fuerzas políticas, de la empresa privada, de las universidades y de la comunidad general. De donde venga, el retrato se lo toma cualquiera.
¿Gruñón?
Algunos dicen que usted es un poco serio o gruñón, ¿es así?
Quizás (risas), eso que lo digan los otros, lo único que le digo es que aquí en nuestras empresas ha habido personas que han durado 30 y 40 años, parecido a LA PATRIA. No sé si cuando se jubilan dicen: "Me aguanté todo este tiempo a este hombre tan gruñón". No soy el más saludador, ni el más amigable, pero trato de mantener una buena relación con todo mundo.
La frase
"Siempre he buscado ser un buen ciudadano, no solo haciendo lo mío, sino entendiendo que hago parte de una comunidad y de una sociedad y por eso siempre he participado en proyectos colectivos, en los que pueda prestar mis servicios. Mi hilo conductor ha sido dedicarle tiempo a lo que llamo mis devociones".
El Caldense
Néstor Buitrago es ingeniero civil de la Universidad Nacional sede Manizales. Ha estado vinculado con trabajos en el campo y en labores educativas participando como cofundador de la Universidad Autónoma de Manizales y en la creación de los colegios Los Cerezos y Horizontes. Asimismo, perteneció en varias ocasiones a la junta directiva de la Licorera de Caldas y la Cámara de Comercio de Manizales. Ha estado vinculado con entidades de servicio social como Nutrir y la Asociación Cívica del Centro Histórico e impulsó la creación del Instituto Caldense para el Liderazgo. Se casó con Esperanza González Ocampo, fallecida hace dos años, y con quien tuvo tres hijos: Marcela (casada con Felipe Venegas), Martín (casado con Érika Villamizar) y Ana Alejandra (casada con Luis Felipe Medina). También tiene seis nietos.
Ceremonia de entrega
Hoy se efectuará la ceremonia de entrega del galardón del Caldense del Año 2022 para distinguir al dirigente Néstor Buitrago Trujillo. Se llevará a cabo a partir de las 6:30 p.m. en la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción.