Fotos I Luis Fernando Trejos I LA PATRIA
La presencialidad volvió ayer a 16 escuelas públicas rurales, de Villamaría, Chinchiná, Palestina y Neira, 14 días después de que las autoridades declararon el paso de nivel de actividad naranja a amarillo del volcán nevado del Ruiz.
LA PATRIA I Manizales
Una certeza de que el tiempo estuvo detenido en la escuela de La Batea, durante tres meses y medio, está en su tablero: "Jueves 30 de marzo del 2023, Los animales y los humanos...". A las palabras las acompañaron dibujos de juguetes, carros, tijeras y ropa. "Ese día avisaron de la alerta naranja por el volcán del Ruiz y quedaron paralizadas las actividades presenciales", dice la profesora Angélica Vargas Gutiérrez.
La docente sacó ayer su borrador y poco a poco desaparecieron las letras y las gráficas. En la parte alta escribió la nueva fecha: Lunes 10 de julio del 2023. Así comenzó la reactivación de las clases en el aula. Le siguió una oración de gracias a Dios por la salud, por estar de nuevo juntos y porque no ocurrió una catástrofe con el Ruiz.
La sede educativa se llama Villa Erazo, ubicada en la región baja cafetera de Villamaría. Con otras 15 retomaron ayer labores en la zona de influencia del volcán. El 27 de junio el nivel de actividad volvió de naranja a amarillo. "También bajó la incertidumbre", añade la maestra.
Durante este tiempo la enseñanza fue en casa, estrategia similar a la utilizada en la época de aislamiento por la pandemia del coronavirus. Otra vez los colegios recurrieron a las asesorías telefónicas, vía whatsaap o por videollamadas.
Estrategias
Los docentes debieron acomodarse al tiempo de los padres, que en el campo suelen trabajar en la mañanas. La maestra describe que "es normal que en estas familias haya solo un celular o que no haya conexión por falta de datos. Con las guías físicas no hay tanto inconveniente, en mi caso las enviaba con el transporte público o con personas de la comunidad que salían a hacer diligencias a Villamaría o a Chinchiná".
Y los padres, de nuevo, apoyaron para resolver las tareas enviadas por los educadores. Así lo expresa Claudia, madre de Breiner, quien ingresó este año a preescolar.
Comenta: "El niño está muy emocionado de volver a la escuela. Me levantó a las 5:30 a.m. a prender el fogón con leña, pues alimento trabajadores. Breiner a esa hora ya estaba listo para bañarse, desayunar y salir a estudiar".
Angélica pasa revista a lo realizado en los hogares. Su pregunta: ¿qué aprendieron durante este tiempo? Las respuestas: Breiner: "a hacer aviones de papel". Manuel: "repasé las tablas de multiplicar". Miguel y Diego: "a dividir por dos". Y Juan: "practiqué lectura de cuentos".
La secretaria de Educación de Caldas, Diana María Cardona, recordó que el Comité Directivo de su dependencia definió que el retorno fuera paulatino. Por eso, de las 19 sedes que estaban con enseñanza en casa, 3 quedan pendientes para el 31 de julio. Son la San Pablo, de Neira, y las Londoño Jaramillo y Aspar, de Villamaría, por ser las más próximas al Nevado.
"Este regreso es sin bajar la guardia para mantener la capacidad instalada frente a una posible erupción", advierte la secretaria.
Lejos
Lo mismo piensa la profesora Angélica, quien les pregunta a sus alumnos sobre lo que deben hacer en caso de emergencia. "Correr", responden unos. Ella, de inmediato, les recuerda que si están en la escuela deben permanecer allí, pues lo primero es protegerse de la ceniza.
Añade: "Por fortuna la escuela queda en un lugar alto y lejos del río Claro. La afectación puede ser mayor en El Destierro, por donde pasó la avalancha del 85".
La apreciación la corrobora William Franco, quien vive en una finca centenaria, que como la escuela están localizadas en una montaña adornada de café.
El señor relata: "Esa noche del 13 de noviembre de 1985 yo estaba de turno en la fábrica de jabonerías Hada, en Manizales. Mis hermanos vivían en esta finca. Por fortuna, esto aquí es alto y no alcanza a llegar la avalancha, pero esta sí arrasó con todo en El Destierro. Recuerdo que murieron miembros de los Caicedo y de otras familias".
La profesora explica que durante este tiempo los docentes asistieron al centro de capacitación Laura Pinzón, en la zona urbana de Villamaría. Allí recibieron orientación acerca del proceder ante una eventual emergencia.
De todas maneras, concluye, que la situación es angustiante ante la incertidumbre por lo que pueda pasar con el volcán. En frases resume sus sentimientos:
- "Uno pasa a querer estar acá, de tenerlos los niños en lo presencial".
- "Los niños se empiezan a sentir agobiados por estar tanto tiempo en casa y la falta de sus compañeros".
- "Además las explicaciones no son iguales por celular. Uno trata de hacerlos vivir un momento agradable con el cariño que uno les tiene".
Pendientes
La Secretaría de Educación de Caldas indica que los establecimientos educativos en la Subregión Centro-Sur o en áreas de influencia deben:
1. Mantener activos los Comités Escolares de Gestión del Riesgo.
2. Continuar con las actividades de preparación para la respuesta ante un cambio en la actividad del Volcán Nevado del Ruiz y atentos a los informes que emitan el Servicio Geológico Colombiano, UNGRD y la Gobernación de Caldas.
3. Contar con el kit de emergencia.
4. Realizar socialización del Plan Escolar para la Gestión del Riesgo (PEGR) con la comunidad educativa y efectuar simulacro de erupción en todas las sedes del establecimiento educativo.
5. Enviar evidencia de las actividades desarrolladas a Ruby del Socorro Gutiérrez Tirado, al correo electrónico [email protected]