Fotos | Juan Carlos Layton | LA PATRIA
El desplome del puente El Alambrado que comunicaba a los departamentos del Quindío y Valle del Cauca, cerca de los municipios de La Tebaida y Caicedonia (Valle), hizo que las personas buscaran nuevas salidas. Los viejos rieles se convirtieron en la mejor opción. La pasadita cuesta $2 mil.
LA PATRIA | ARMENIA
"La pasadita, para colaborarle a todo el público, solo cuesta $2 mil y para las motocicletas $5 mil, aunque muchos tienen menos, pero así y todo los ayudamos y, dependiendo de las cargas y de la cantidad de gente, se organizan los turnos y a todos los pasamos por igual con el mismo gusto para que puedan llegar a su destino".
Así comienza su relato Alexánder Uribe, miembro de la comunidad del Riel en la vereda Pisamal, de La Tebaida (Quindío).
Mientras ayuda a montar una motocicleta en uno de los improvisados planchones que descansan sobre los viejos rieles que formaron parte de la antigua red férrea hacia el Valle del Cauca, este hombre de 44 años de edad, tez blanca, pelo largo (recogido con un caucho) y que no para de moverse de un lado para otro al pie de la carrilera reconoce que hoy su actividad económica aumentó.
Esto, después del colapso del puente El Alambrado, que comunicaba a los municipios de La Tebaida (Quindío) y Caicedonia y Zarzal (Valle del Cauca).
Datos de gremios del Cauca, Nariño, Valle del Cauca, Risaralda y Quindío estiman que por allí pasaban unos 8 mil vehículos diarios, el 44% de carga y movía el 10% de la mercancía de todo el país.
Alexánder Uribe (de camisa a rayas) procura atender lo antes posible a todas las personas que hoy demandan su paso por los viejos rieles.
El desplome
"Fue muy fuerte, impactante y nostálgico ver nuestro puente destruido, además del pesar por las vidas que se perdieron (dos miembros de la Policía Nacional)", dice Alexánder, mientras recuerda el impacto de lo que se vivió aquella tarde del 12 de abril, hacia las 3:20 p.m., en medio de los gritos, lamentos y los "ay, jueputa" que muchos lanzaron en ese momento y que quedaron grabados en redes sociales.
Sin embargo, luego del desplome, las personas comenzaron a buscar opciones para viajar entre las dos regiones y superar el vacío que dejó el largo puente de 101 metros de longitud, sobre el río La Vieja.
Entre ellas se incluyó volver por estos travesaños que quedaron en el olvido, luego de frenarse el paso del tren que circuló por el Eje Cafetero, después de que los extintos Ferrocarriles Nacionales de Colombia (FCN) se liquidaron en 1991, debido a problemas financieros, dejando los vestigios de lo que era una economía sobre rieles.
Vestigios de los vehículos que colapsaron junto al puente El Alambrado, incluyendo 2 camiones turbo de la Policía, 2 tractocamiones y un vehículo particular.
La economía local
Este nuevo interés por los rieles ayudó a Alexánder, quien desde hace unos cuatro años está promoviendo el turismo con grupos pequeños, ante todo los sábados y domingos, que quieren ir a montarse en las modernas marranas que hoy circulan desde este sector de Pisamal hasta lo que se conoce como Estación Caicedonia.
Por eso, este guía turístico, certificado por el Sena, pasó de mover unas 30 personas por mes en su marrana o pequeña locomotora que bautizó Pamela, con una capacidad para 10 personas, contando al maquinista, a unas 200 personas por día. Esto, junto con varios carritos de balineras y tablas que montó por este paso de rieles, emulando a las viejas máquinas de tren, o por lo menos el chasis.
Familias, estudiantes, comerciantes, motociclistas y hasta turistas que quieren "vitrinear" el daño del puente pasan a diario por un lado de El Alambrado, bajan por un camino de trocha, llegan a los rieles y se disponen a viajar en marrana para llegar hasta el Valle del Cauca.
Larga espera
"Sígame preguntando, tranquilo, yo les voy ayudando a estas personas acá", dice Alexánder, mientras sigue con su corre-corre por los rieles. Según sus cálculos, el paso entre el Quindío y el Valle, hasta la Estación Caicedonia, jurisdicción de Sevilla, es un trayecto de unos 1,5 kilómetros.
Alexánder sabe que este impulso económico pronto se podrá acabar, luego de que se construya el nuevo puente El Alambrado. Sin embargo, Autopistas del Café, concesión encargada de la doble calzada entre Manizales, Pereira y Armenia, hasta el peaje de Corozal, caserío del municipio de Sevilla (Valle del Cauca) aún no se sabe exactamente en qué tiempo se erguirá. Inicialmente se habla de unos cuatro a cinco meses, pero aún definen el cronograma de obras. Podría ser más.
Sin embargo, Alexánder asegura que lo importante es que después de esta coyuntura, la gente siga visitando la carrilera y se mantenga la dinámica de unos rieles que demuestran la necesidad del tren. El mismo que ha querido rehabilitarse entre Buenaventura y La Felisa (corregimiento de La Merced, Caldas), en unos 498 kilómetros de longitud. Sin embargo, hoy después de unos 25 años, el proyecto no se ha podido terminar.
En medio de los escombros del puente, Pamela está lista para transportar a los pasajeros por los rieles.
En un lado y el otro
Óscar Hernando Tabares es conductor de la empresa Rápido Quindío, compañía que circulaba hasta Zarzal (Valle del Cauca) moviendo diariamente entre 70 y 80 pasajeros. Hoy ese flujo es solo de entre 15 y 20 personas, que solo puedan llegar hasta el puente El Alambrado, seguir en marrana hasta el otro lado, y allí tomar otro bus para continuar su recorrido por el Valle del Cauca. "Prestamos este servicio por no abandonar la ruta, pero la verdad es que es a pérdidas", dice el conductor. "Al otro lado está la otra buseta de Rápido Quindío y para ayudarle a la gente se redujo el precio para equilibrar lo que les cuesta el paso por las marranitas", resalta. Se pasó de $17 mil 600 a $16 mil para compensar a los pasajeros.
La otra ruta que hoy adecuaron es por la vía Armenia, Montenegro, Quimbaya, Cartago, Zarzal, pero según Óscar, el problema es que es se demoran, por lo menos, una hora más. Es decir que el recorrido pasó de un promedio de 1 hora y 20 minutos entre Armenia y Zarzal a cerca de 2 horas y media por la nueva ruta y hasta 3 cuando hay congestión. "Por eso pedimos un puente cuanto antes, porque esta es una arteria vial superimportante", dice el conductor.
En cifras
- El puente se entregó en 1968 por el Ministerio de Obras Públicas. Autopistas del Café, encargado de la concesión vial entre Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, lo recibió en el 2006.
- Según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la última patología se hizo hace tres meses y según un estudio no reportaba fallas o preocupaciones que generaran afectaciones importantes en su operación.
- Autopistas del Café le hará una mejora al puente ferroviario, teniendo en cuenta que también está en regulares condiciones y sería una solución para el paso entre el Quindío y el Valle del Cauca.