Fotos | EFE | LA PATRIA Los hay que los intercambian, mientras que otros los compran por cinco euros, aproximadamente, pero detrás de todos hay una historia.
Edgar Sapiña Manchado
EFE | LA PATRIA | París
En París 2024 todos los focos se centran en los atletas y las pruebas deportivas, pero hay otros que también disputan sus propia competición, una sorprendente tradición paralela de los Juegos: la de coleccionar pines.
A lo largo de los Juegos, en los escenarios olímpicos, se observa un auténtico fervor de fans, voluntarios e incluso deportistas y trabajadores acreditados, que luchan por hacerse con todos los pines olímpicos habidos y por haber.
Los hay que los intercambian, mientras que otros los compran por cinco euros, aproximadamente, pero detrás de todos hay una historia.
"El total no lo sé, pero tengo más de 2.000 pines de tenis de mesa", afirmó a EFE Jacques Lemaire, coleccionista parisino que este jueves estuvo en el Espacio de los Coleccionistas Olímpicos, situado en el Parque de La Villette, al norte de París.
Para tenerlo todo organizado, Lemaire contó su técnica: guardarlos en carpetas. Salvo los pines olímpicos, eso sí. Esos van en vitrinas, remarcó.
En el mismo lugar, Tony y April, una pareja americana de origen japonés, explicaron que sus hijos "están encantados" con esta tradición. "Son como caramelos, en cierto modo, y pueden conocer a los atletas y descubrir nuevos deportes y les ayuda a sentirse parte de las Olimpiadas", añadieron.
De momento esta familia ya acumula más de 100 pines de estas olimpiadas y sumando, porque aún quedan algunos días para hacerse con más reliquias, hasta que el día 11 terminen los Juegos.
En los de 2028 habrá más, aseguraron: "Son en Los Ángeles y venimos de allí".
También en la Villa Olímpica: el codiciado pin de Biles
Esta tradición se remonta a Atenas 1896, cita conocida oficialmente como Juegos de la I Olimpiada, aunque la verdadera popularización de esta actividad llegó en Los Ángeles 1984.
El intercambio de pines parte, de hecho, de los propios atletas en los pasillos de la villa olímpica, tanto en las citas de invierno como en las de verano.
Cada delegación tiene los suyos propios (los que entregan, por ejemplo, los Comités Olímpicos a sus atletas) y reunir los de otros países intercambiándolos o conseguir pines específicos de leyendas del deporte se convierte en una de las atracciones de las horas de descanso.
Figuras como la gimnasta Simone Biles, que a los 27 años se coronó en estos Juegos con tres oros y una plata, han tenido su propio -y muy codiciado- pin, el de una cabra que hace referencia a su título honorífico de G.O.A.T (siglas en inglés de 'mejor de todos los tiempos' que a su vez compone la palabra 'cabra').
Por las redes sociales han circulado momentos en que otros deportistas intercambiaban con ella dicho pin y, en la recta final de estos Juegos, también se ha popularizado otro con la figura del rapero estadounidense Snoop Dogg, muy presente entre el público en París, expulsando por la boca cinco círculos de humo con los colores de los anillos olímpicos.
400 pines de París 2024 distintos
Los organizadores de París 2024 han creado la friolera de 400 pines distintos para este evento.
Los hay con la forma de la mascota olímpica, otros con la de la figura de los Paralímpicos, algunos más de cada una de las pruebas. También los hay tan anodinos como el que consiste en una paloma con zapatillas rojas, que sin embargo es uno de los más buscados.
"Hemos recreado una especie de Olimpiadas donde la gente puede reunirse, intercambiar pines y compartir momentos. Y es realmente el espíritu de los Juegos el que cobra vida a través de este bonito objeto", contó este jueves Cyprine Beriot, responsable de souvenirs de Paris 2024.
Beriot contó que en cada una de las competiciones se pueden encontrar pines específicos de la misma y que las más de 200 delegaciones nacionales también participan de esta actividad que mezcla cultura y deporte.
"Me encantan las colecciones, sean cuales sean. (...) Me encanta este mundo y por eso hemos creado unos 400 diferentes", explicó por su parte Joachim Roncin, director de diseño de París 2024.
"Es una gran variedad, porque hay mucho que contar sobre París 2024, desde las mascotas hasta el logotipo del equipo francés, pasando por el hecho de que vamos a dar la bienvenida a países de todo el mundo", siguió.
Roncin argumentó que este intercambio supone "el primer paso" para conversar y conocer a gente nueva, algo que consideró "estupendo". "Ese es también el espíritu del olimpismo y del paralimpismo", sentenció el artista.
Con humor, confesó que dispone de la práctica totalidad de los pines de París 2024 gracias al cargo del que dispone, además de los "ofrecimientos" que recibe y los intercambios que hace.
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