LA PATRIA | MANIZALES

Valeria Estrada es fisioterapeuta de profesión y actualmente trabaja en el Hospital de Caldas. Su amor por los caballos siempre lo tuvo, dice, pero desde que consiguió a Perla, una yegua Cuarto de Milla albina, su vida cambió.

Perla tenía un año cuando llegó a la vida de Valeria y estaba en malas condiciones de salud debido a que su enfermedad necesitaba cuidados especiales.

Desde ese entonces ella supo que sus caballos debían vivir una vida diferente. Ahora Perla tiene 8 años y vive en una de las pesebreras de El Tronío, en el barrio La Florida de Villamaría (Caldas), junto a su hijo Mago, un Gypsy Vanner. Allí disfruta por todos los espacios del lugar dándoles libertad a sus caballos.

“Perla es como la hija mía, es como un perro, es mi mascota. Hace caso a su nombre. Me sigue a todo lado. Es muy inteligente y muy sociable”, la describe Valeria.

Agrega: “Yo llego y ella conoce mi carro. Le abro la puerta del corral y se va por toda la finca, la suelto y siempre me pone cuidado, viene y se va detrás de mí. Después entra al corral ella sola. Así es también es con Mago”.

Valeria les da libertad a sus caballos. Dice que nunca los ha montado y que Perla tiene hasta pijama. De comida cuando llega les da zanahoria, bocadillo y galletas de chocolate. Para Valeria su plan a futuro es conseguir una finca e irse a vivir con sus caballos. “Quiero que la gente los vea como mascotas, como mi familia. Que ellos se comporten así hace parte de su libertad en la crianza”, puntualiza.

Perla y Mago salen de su pesebrera sin necesidad de una cuerda. Princesa era una yegua de carga en El Tronío y ahora vive libre en otro potrero de la hacienda.

Perla y Mago salen a pastar libremente por la hacienda. Para llamar a sus caballos, Valeria lleva en un balde comida.

Debido a su albinismo los ojos de los caballos de Perla son azules. Su condición es un arma de doble filo entre su belleza y delicadeza.

Valeria pasea a Perla por todos los espacios de la Hacienda. Incluso cuenta que una vez en el restaurante se comió una bandeja de un almuerzo.

Perla siempre sale con sus correas rosadas.

Mago, por su parte, las porta azules.