Los delincuentes desactivaron alarmas e ingresaron por la parte trasera de la sucursal de Bancolombia.

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Los delincuentes desactivaron alarmas e ingresaron por la parte trasera de la sucursal de Bancolombia.

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En octubre se cumplirán seis años del hurto de $2 mil 500 millones a la sede de Bancolombia en la Avenida Santander, de Manizales. Por el hecho vincularon al propietario de un restaurante, y a Lucho, mesero del negocio.

Ellos no aceptaron cargos y se fueron a juicio, que continuó esta semana ante el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Manizales y se prolongaría hasta el martes. Sin embargo, esto podría tomarse más tiempo, dado que para la defensa ha sido difícil encontrar a testigos en común, de los que desistió la Fiscalía.

El miércoles, una empleada cercana y una familiar del dueño del restaurante pasaron a los estrados y concordaron en que alias Yuli, quien tramita el principio de oportunidad (colabora a cambio de beneficios) y quien laboró como mesera, mintió en las acusaciones contra el empresario y todo se debería a represalias por haberla despedido del trabajo.

La primera testigo indicó que Yuli se caracterizó por ser una persona conflictiva, maltrataba a sus compañeros y además consumía estupefacientes, lo que le valió llamados de atención y memorandos, pero fue una ocasión cuando cobró dos veces la quincena que rebosó la copa y la despidieron.

Según el relato, Yuli le pidió a su jefe que no contara nada y que pasaría su carta de renuncia. Sin embargo, meses después de que ocurrió el hurto, esta mujer regresó al negocio a vender postres, pero el propietario le ordenó que no volviera y la respuesta fue que eso no se quedaría así.

La segunda en testificar dijo que Yuli nunca tuvo relación cercana con el comerciante, dado que los administradores son quienes tienen contacto directo con los empleados. Además, explicó que el fin de semana del robo lo compartió con el señalado y otros amigos, quienes también serán testigos.

 

Lo que dicen Yuli y la Fiscalía

En las audiencias anteriores se presentaron grabaciones de llamadas telefónicas desde los celulares del empresario, Lucho y Yuli que se habrían efectuado desde el interior del banco a la misma hora y día del hurto. Además, dejaron una memoria microsd con fotos de algunos detenidos.

Yuli denunció el robo porque supuestamente su ahora exjefe no le pagó el dinero del hurto, quien además la habría amenazado con hacerle daño a su compañera sentimental. En un carro de propiedad de él habrían transportado el dinero a un apartamento y decidieron que la repartición se realizaría después.

Sin embargo, esto último es otro argumento que busca tumbar la defensa, dado que la exempleada dijo que la vivienda del empresario estaba ubicada en el último piso de un edificio, mientras que las testigos sostienen que se trataba de un primer piso en otra edificación.

Yuli aseguró que el dueño del restaurante dejó una botella con agua, en unas escalas del banco, de la que él tomó un sorbo. Eso estaba entre las pruebas, incluso se ordenó muestra de ADN al empresario para cotejarla con el líquido. Pese a que en varias instancias se pidió hacerla, así fuese llevando a la fuerza al señalado, no se logró.

Estas detenciones no significan que los señalados sean culpables. Será un juez de la República quien determina si son responsables de los hechos que les atribuyen.

Endeudada

Se supo que un hombre acudió a una sede del restaurante a cobrar un dinero a Yuli. Al parecer, la mujer tendría deudas con otras personas.

Van 8

En septiembre pasado capturaron a alias Caliche, de 66 años. Con él ya son ocho personas vinculadas al hurto.

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