Ilustración | LA PATRIA
Para los comicios que se llevarán a cabo el próximo 29 de octubre las mujeres en 13 municipios buscan llegar a las alcaldías.
LA PATRIA | MANIZALES
A 36 días para las elecciones de alcaldías, la representación femenina sigue siendo poca. Por ejemplo, en Caldas de 141 candidatos, 16 son mujeres un 11,2% frente a la representación masculina. Además, si se compara con las elecciones del 2019 la participación aumentó, pues ese año participaron 14 mujeres.
De los 27 municipios del departamento, solo en 13 hay mujeres que le apuestan a la Alcaldía, 2 en Aguadas e igual número en Neira y Villamaría; y una en los municipios de La Merced, Manzanares, Marquetalia, Marulanda, Marmato, Riosucio, Supía, Victoria y Viterbo. Lo mismo que en la capital de Caldas.
Esta baja participación del poder femenino tiene una razón. La politóloga Keyla Castro, maestrante de Seguridad y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Manizales, destaca que aunque la mujer cuenta con las capacidades suficientes para representar a una comunidad, persisten los estereotipos.
En el país, según datos de la Registraduría, dicha participación política representa el 39%, aumentó el 2%, frente a las elecciones anteriores. Sin embargo, Castro asegura que el número de candidatos hombres supera la realidad comparado con la representación femenina, “no hay mucha posibilidad de que sean elegidas, según la estadística”.
Para Manizales, solo hay una candidata frente a 9 hombres, pero si se observan ciudades como Bogotá, donde hay alcaldesa, ahora los candidatos son hombres.
Para esta baja participación femenina, Castro también aduce como otras causas los asesinatos y persecuciones a lideresas en distintas regiones del país, además, añade que también influye el estereotipo que se tiene de la mujer. “Esto impide que en ocasiones lleguen a esos cargos de toma de decisiones, la mayoría quiere votar por figuras de autoridad y entonces eligen hombres”.
Alcaldesa sí o sí
Un caso particular sucede en Herveo (Tolima). Cuatro candidatas aspiran a la Alcaldía y de nuevo tendrán a una mujer en la Administración municipal. El herveteño Andrés Chica, capitán y médico cirujano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, no ha perdido el contacto con su municipio, sobre todo con tareas sociales. Hoy aprovecha para destacar la postulación de cuatro mujeres a la Alcaldía. “Ellas envían un mensaje a las nuevas generaciones, vemos mujeres aguerridas, emprendedoras, empoderadas, que le apuestan al campo, a sus raíces, a su tierra y sus oportunidades”.
Expresa que lo llena de orgullo lo que sucede en su pueblo y que este es un paso histórico para demostrar las capacidades que tienen para liderar un municipio con tantas necesidades.
No miden igual
Otra de las causas, según Diana Hoyos, docente de Filosofía de la Universidad de Caldas, es que todavía persiste lo que se ha llamado el techo de cristal. “Desde el punto legal, con la Ley de cuotas y la Ley cremallera se busca la paridad, la equidad y que la mujer pueda participar, pero desde lo sustantivo no existen las condiciones para que participen en igualdad de condiciones en estas contiendas”.
Agrega que hay circunstancias que hacen más difícil este proceso, entre otras, que el mundo de la construcción política sigue siendo dominado mayoritariamente por hombres, y con leyes hechas por ellos. “Por ejemplo, en un proyecto de investigación con la Universidad de Caldas en diferentes territorios afectados por la violencia –Chocó, Sucre y algunos en Caldas- se observó que si bien las mujeres participan bastante en la reconstrucción del tejido social, en las contiendas políticas siempre se quedan por fuera, porque no se dan las condiciones de equidad o bien por evitan participar, porque encuentran el ambiente muy hostil o difícil”.
Añade que a ellas les implica mucho más esfuerzo permanecer en ese tipo de ambientes y hasta tener esa “agresividad” que se requiere al participar de esos espacios. En ocasiones cuando representan a la comunidad se observan unos dobles estándares para representarlas. “Para hombres puede ser cualquier persona, no escarbamos tanto en su hoja de vida, ni en su experiencia, tampoco en su formación académica, política o participación con las comunidades, pero cuando es una mujer, para confiar en ella tiene que ser excepcional, sin mácula, sobresaliente”.
Al elegir
¿Qué pasa a la hora de elegirlas? De acuerdo con Castro, aunque no se evidencia aún en elecciones, “como mujeres nos encantaría también poder elegirlas en cargos de poder y ser representadas por ellas, porque demuestran que es posible. Si tal mujer lo está haciendo, es posible que lo pueda hacer”.
No obstante, advierte que a veces estas mujeres que representan tienden a masculinizarse. “Si se ven muy fuertes, muy autoritarias, y a esas sí las votan. O sea una mujer muy femenina, que se vea como tranquila no les tiene mucha confianza y eso por todo lo vivido en el país, por las coyunturas de violencia”. La razón, según Castro, es que quienes las eligen buscan que los defiendan y representen, y pese a que admiten que son mejores administradoras, en cargos de mucha importancia no las eligen, porque la mayoría de hombres se apoyan entre sí.
De las pocas candidatas que hay se observa que tienen muchos estudios, es decir que no es un tema de formación y tampoco con experiencia, aquí no vale decir que los hombres son más preparados, el problema es que las estructuras del país, con bases patriarcales son tan fuertes, por más de que estemos preparadas en estudios, psicológicamente sentimos que hay barreras que no nos dejan presentarnos, es una especie de miedo, mientras que los hombres sin tener mucha preparación, se lanzan.
El reto, para estas y las nuevas generaciones, es tener presente, que esta es una tarea de largo aliento. La filósofa y docente de la U. de Caldas así lo expresa: “Se requiere un cambio cultural, ético y político para entender que todo se construye entre hombres y mujeres, teniendo en cuenta que las últimas han estado por mucho tiempo fuera de la construcción que necesitan las naciones”.
Avanza, pero…
ONU mujeres apunta que este escenario no solo es propio de Colombia. Se necesitarían por lo menos 150 años para tener la paridad en Alcaldía y 164 años para Gobernación, eso sin pensar que ahora solo 33 países cuentan con representación femenina de jefes de estado y de gobierno.
A fecha de 1 de enero del 2023, el 11,3% de los países tiene Jefas de Estado (17 de 151 países, excluyendo los sistemas monárquicos), y el 9,8% tiene Jefas de Gobierno (19 de 193).
Esto supone un incremento en comparación con hace un decenio, cuando las cifras eran del 5,3% y el 7,3%, respectivamente. De todas las regiones, Europa sigue teniendo la cifra más alta de países liderados por mujeres (16).
Destacado
“Siempre escuchamos un discurso de que podemos ser capaces y liderar, pero éste se queda ahí. También hay que tener en cuenta que se requiere: decidir presentarme y que los demás voten por mí”, Keyla Castro, politóloga y maestrante de políticas públicas de la Universidad Autónoma de Manizales.
Destacado
“Necesitamos más mujeres tomadoras de decisiones y que sirvan como figuras a seguir de las nuevas generaciones”, Diana Hoyos, docente de Filosofía de la Universidad de Caldas.
*Participación política
El Congreso de la República 2022-2026 tiene 295 escaños, de los cuales 85 son ocupados por mujeres, 31 más que en el pasado periodo. El 29,2% del total de escaños son ocupados por mujeres, lo que representa un aumento del 9,5% en el Congreso 2018-2022.
Con estos avances, Colombia estaría por encima del promedio mundial de participación de mujeres en parlamentos, 25,5%, y más cerca del estándar de las Américas, 32,4%.
*Cargos de elección popular 2020-2023
17,5% en Asambleas Departamentales
17,9% en Concejos Municipales
6,3% en Gobernaciones (2 de 32 gobernaciones). Con una disminución con respecto al período anterior, en el que se eligieron cinco gobernadoras, lo que representa el 15,6%.
12% en alcaldías (dos de ellas en las ciudades capitales: Bogotá y Santa Marta).
Fuente: ONU mujeres