Captura de pantalla | Tomada del Twitter @RoyalFamily | LA PATRIA
Tras coronar a Carlos como rey del Reino Unido, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby (izquierda), coreó a viva voz el tradicional "God Save The King" y fue acompañado al unísono por toda la Abadía de Westminster.
EFE | LA PATRIA | Londres
Carlos III ha sido coronado como rey del Reino Unido en una solemne ceremonia celebrada este sábado en la Abadía de Westminster, en el corazón de la capital británica.
A las 6:25 a.m. (hora colombiana), en el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.
Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación "Dios salve al Rey", tras lo cual se escucharon trompetas.
𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐨𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐊𝐢𝐧𝐠
— The Royal Family (@RoyalFamily) May 6, 2023
The Archbishop of Canterbury places St Edward’s Crown on The King’s anointed head. The clergy, congregation and choir all cry ‘God Save The King’.#Coronation pic.twitter.com/kGrV3W0bky
Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.
Al rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano, y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.
Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.
Por último Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.
Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.
El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecido en la Capilla Real del Palacio de Saint James hace una semana.
El turno para la reina Camila
6:45 a.m. Tras el acto solemne esperado por su esposo, Carlos III, durante 70 años, llegó el turno de la coronación de Camila como reina del Reino Unido.
La reina Camila fue primero ungida con aceite en la cabeza por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia Anglicana, quien posteriormente impuso en su cabeza la corona de la Reina María.
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La mujer del rey Carlos III desde hace 18 años deja de esta forma de ser llamada reina consorte, para pasar a ser considerada únicamente como reina.
Una sonriente Camila recibió de manos del obispo emérito de Londres y de la obispa de Dover el Cetro de la Reina Consorte y la Vara con Paloma de la Reina Consorte.
Según la tradición británica, las esposas de los monarcas son coronadas como reinas, algo que no sucede con los maridos de las reinas, como fue el caso del duque de Edimburgo, Felipe, padre de Carlos III y marido de Isabel II.
Tras la coronación de Camila, el coro cantó un nuevo himno, "Make a joyful noise", compuesto para la ocasión por el prestigioso autor de musicales y bandas sonoras Andrew Lloyd Weber.
Posteriormente, los reyes se quitaron las coronas, que llevaron hoy por única vez en sus vidas, para continuar con la eucaristía en el servicio religioso.
Procesión hacia el Palacio de Buckingham
7:20 a.m. Tras ser coronados, Carlos III y Camila abandonaron la Abadía de Westminster y, portando ya otras coronas (la del Estado Imperial en el caso del rey) iniciaron la procesión hacia el palacio de Buckingham a bordo de la suntuosa Carroza Dorada de Estado.
Fotos | EFE | LA PATRIA
Acompañados por cuatro mil militares ataviados de gala, los reyes saludaron a la multitud apostada en la ruta de dos kilómetros hacia su residencia oficial en Londres.
Desde hace días, numerosas personas esperan en las inmediaciones del palacio y a lo largo de la céntrica avenida The Mall para ver en persona el paso de Sus Majestades, y miles de ciudadanos asisten hoy al desfile pese a la lluvia que cae sobre la capital británica.
La procesión estuvo dividida en ocho grupos, que incluyen a miembros de las Fuerzas Armadas de diversos países de la Commonwealth, así como de las distintas divisiones del Ejército británico.
Esta es la primera ocasión en la que la lujosa carroza dorada ha sido utilizada por la familia real británica desde el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, en junio del 2022.
La Familia Real saluda a su pueblo sin el príncipe Enrique
9:00 a.m. El rey Carlos III salió a saludar a la multitud desde el balcón del Palacio de Buckingham junto a la reina Camila y sus familias, pero sin su hijo menor Enrique, apartado de las funciones oficiales de la realeza.
Tampoco ha aparecido en el balcón el príncipe Andrés, hermano de Carlos III, a quien también se apartó de la familia real por sus escándalos sexuales relacionados con el empresario Jeffrey Epstein.
Sobre las cabezas de los presentes sobrevolaron aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas británicas, aunque la exhibición aérea debió ser recortada por las malas condiciones climatológicas en Londres.
Una de las pocas incógnitas en una ceremonia tan pautada y previsible como la coronación era precisamente saber quiénes comparecerían en el balcón del céntrico palacio londinense.
Y el misterio se resolvió cuando las familias de Carlos y de Camila salieron a saludar a los miles de personas congregadas con la sobresaliente ausencia de Enrique.
Ya se sabía que la mujer del duque de Sussex, Meghan Markle, no participaría en la ceremonia para quedarse en California (Estados Unidos) con sus hijos Archie y Lilibeth.
Pero Enrique sí acudió a la Abadía de Westminster para la solemne coronación, aunque, según el tabloide Daily Mail, partió directamente del templo al aeropuerto nada más acabar el servicio religioso.
En una información sin confirmar, el Daily Mail señaló que Harry embarcó en un vehículo negro tras el ritual y puso rumbo al aeropuerto de Heathrow, en las afueras de la capital, escoltado por un convoy policial.
La tradición de saludar desde el balcón se remonta a 1851, cuando la legendaria reina Victoria apareció allí en medio de las celebraciones por la inauguración de la Exposición Universal ese año.
Desde entonces, ese saludo ha servido para marcar ocasiones especiales en la historia de la monarquía británica, como los cumpleaños de la madre del soberano, Isabel II, las bodas reales, los jubileos de la reina o eventos de conmemoración históricos.