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Familiares de detenidos desaparecidos levantan pancartas con sus imágenes en el palacio de La Moneda en Santiago de Chile.
MARÍA M.MUR
EFE | LA PATRIA | SANTIAGO DE CHILE
Chile conmemoró ayer el 50 aniversario del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende en una emotiva ceremonia a la que asistieron mandatarios internacionales y en la que estuvo ausente la oposición de derecha, un gesto que demuestra la polarización y la crispación en la que está sumido el país.
"Hoy decimos ante Chile y el mundo: democracia hoy y siempre", indicó el presidente chileno, Gabriel Boric, quien aseguró frente al palacio de La Moneda que "la democracia es una construcción continua" y "el único camino para avanzar a una sociedad más justa".
En presencia de los gobernantes de México, Colombia, Bolivia, Uruguay y Portugal, Boric pronunció un sentido discurso, donde describió a Allende como un hombre "de impecable trayectoria democrática" e hizo un reconocimiento a las 40.000 víctimas que dejó la dictadura, entre ellas 3.200 ejecutados y desaparecidos.
"El pasado sí importa para mirar el futuro. La manera en que nos hacemos cargo y sanamos las heridas permite reconocernos como parte de una misma comunidad y eso en Chile aún no termina de cuajar", apuntó Boric, el único mandatario nacido después del golpe, como el 70% de los chilenos.
"Tener verdad y justicia"
La historia ha hecho que la conmemoración del golpe esté encabezada por Boric, el mandatario más izquierdista desde Allende, y que la efeméride coincida además con el auge de la extrema derecha y los discursos negacionistas en Chile.
La Unión Demócrata Independiente (UDI), de los partidos del bloque opositor Chile Vamos y de origen pinochetista, publicó ayer una dura declaración en la que aseguró que el golpe era "inevitable" porque durante el Gobierno de la Unidad Popular de Allende (1970-1973) "sobrevino un quiebre social, político e institucional".
"La reconciliación no pasa por empatar las responsabilidades entre víctimas y victimarios, sino por hacer todo lo que está a nuestro alcance para tener verdad y justicia", respondió Boric, que recientemente anunció el primer plan nacional de búsqueda de las más de 1.000 víctimas del régimen de Augusto Pinochet (1973-1990) que aún permanecen desaparecidas.
Los líderes y personalidades mundiales invitados al acto, entre los que también estaban expresidentes como José Mujica (Uruguay), Juan Manuel Santos (Colombia) o Felipe González (España) y defensores de derechos humanos como la argentina Estela de Carlotto, firmaron el llamado "Compromiso de Santiago", una declaración a favor de la democracia.
También lo hicieron a lo largo de toda esta semana los cuatro predecesores vivos de Boric, incluyendo al expresidente conservador Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), que no participó en los actos de ayer. Tampoco lo hizo el democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
"No me arrepiento un segundo de estar, junto con mi Gobierno, del lado de quienes sufrieron", proclamó Boric.
"¡Presente!"
A las 11:52 hora local, hora exacta del ataque a La Moneda hace 50 años, se guardó un minuto de silencio para honrar a las víctimas. Sentadas en primera fila, la ministra de Defensa, Maya Fernández, y la senadora Isabel Allende, nieta e hija de Allende, respectivamente, no pudieron contener las lágrimas.
"De manera insólita se busca tergiversar los hechos y culpar a la Unidad Popular y del golpe de Estado. Los verdaderos responsables fueron quienes quebraron la institucionalidad, bombardearon este palacio, persiguieron, asesinaron y desaparecieron a miles de chilenos", denunció la senadora.
La memoria, agregó, "es un primer paso para alcanzar la verdad, pero necesitamos mucho más para llegar a la Justicia y asegurar la no repetición de los hechos de ese día".
Santos, entre los invitados
Juan Manuel Santos, presidente de Colombia (2010-2018), participó de la conmemoración y subrayó que este aniversario "es oportunidad para los chilenos para unirse" y aseguró que "la unión en las democracias es necesaria para poder resolver los problemas de la gente" porque "divididos las democracias no funcionan".