LA PATRIA | MANIZALES

El alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, habló con LA PATRIA y reconoció los errores de su Administración en el atraso proyectos de infraestructura, como el Intercambiador de Los Cedros, obras frenadas desde el 1 de diciembre por una cesión en el contrato; y el Bulevar de la 48, que presenta un atraso de un año en su entrega y ya acumula cinco prórrogas.

El alcalde también asumió toda la responsabilidad por la polémica con Liberland el pasado 8 de noviembre, tras firmar con la micronación que carece de reconocimiento internacional un convenio para estudiar inglés.

Marín aceptó que ese incidente afectó la credibilidad de su mandato y sostuvo que su peor equivocación fue no hacer microgerencia y descargar toda la responsabilidad en sus secretarios. El mandatario agregó que su equipo está evaluando la pertinencia de continuar con el pico y placa.

¿Cuál diría usted que es el avance más importante que tuvo su Administración para la ciudad este año?

Son todas las obras con las que sacamos a licitación, como el proyecto de la Línea 3 del Cable Aéreo y la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), en esta última ya se está haciendo un movimiento de tierra importante, porque hubo mucha lluvia y eso generó dificultades. Logramos destrabar el Intercambiador de Los Cedros, aplicando un proceso sancionatorio al contratista y al del Bulevar de la 48.

¿Cuál cree que fue su mayor error este año?

Mi error más grande fue no hacer microgerencia. Cuando se tiene un plan de obras tan grande se necesitan botas pantaneras y estar encima de cada uno de los proyectos, pero como estuve dedicado a los temas macro, para gestionar los recursos de las obras de infraestructura de transporte público, entonces estuve muy enfocado en la gestión nacional y es una dificultad no estar siguiendo minuto a minuto el avance de los programas.

Otros dirían que para eso están los secretarios y el equipo de trabajo, pero lo que me enseñó la experiencia es que la cara del santo es la que hace el milagro. Todo se empezó a resolver cuando yo mismo les dije a los contratistas que iba a aplicar pólizas, muchos de ellos trataron de buscarme como el quiebre pero fui inquebrantable. Mi error fue no entender rápido cuándo había que salir a manejar una crisis y responderles rápido a la prensa y a los grupos de interés.

Qué me dice de Liberland, el escándalo fue en el país, ¿le pesó a su Administración ese convenio y le hizo perder credibilidad a su Administración?

Sí, es penoso que uno termine enlodado por semejante chiste. Definitivamente la gente debe saber que puedo cometer errores de forma, pero no de fondo. Espero que nunca desconfíen que este mandatario nunca se ha robado un solo peso. Es muy triste que la gente pierda la confianza y la credibilidad en un trabajo a largo plazo, solo por un desliz tan grande de un equipo de trabajo.

Pero ¿el error fue suyo o de su equipo de trabajo?

Eso fue algo que aprendí este año, absolutamente todos los errores son responsabilidad mía. Había entendido como mandatario que el alcalde solo debe salir cuando todo está bien, pero aprendí que esto funciona como en los equipos de fútbol, cuando el partido se va ganando son los jugadores los que celebran el campeonato, en cambio cuando el partido se va perdiendo el capitán y el director técnico salen a dar las directrices y aclarar. Me quedó como aprendizaje que todos los errores deben estar primero en la cabeza del gerente y luego en la de los demás.

A raíz de esa equivocación, Juan Felipe Jaramillo, secretario de las TIC, le pidió la renuncia irrevocable, ¿por qué no la ha aceptado?

Le dije a los secretarios que no quería dejar las carteras sin cabeza, por eso le pedí a Juan Felipe que me diera un plazo, que estipula la ley, para resolver rápidamente y que no quedará mucho tiempo la Secretaría sin cabeza. Tengo mucha gratitud por todo el trabajo que hicimos en equipo con él. En los últimos días de diciembre se termina el plazo, en estas semanas tengo algunas citas para ver quién llegará a liderar esa cartera, pero todavía estoy concretando.

El bulevar de la 48 ya acumula un año de retraso y el 30 de diciembre finaliza su quinta prórroga, ¿cuándo terminarán la obra?

Le dije al contratista que no iba a dar más prórrogas, que el 31 de diciembre necesitó que me entreguen como esté, que se abra la vía para los carros y que los detalles se vayan cuadrando en el camino. Es lamentable que en un Gobierno se demoren dos años para construir dos cuadras, pero aquí pasó de todo: los diseños hechos por la Universidad Nacional fueron difíciles, uno confía que cuando le entrega un proyecto a las universidades, pues vaya completamente diagramado y tenga todos los pergaminos, por otro lado, el contratista no tenía el personal para ejecutar y pedía anticipos, pero no le solté un solo peso sin que estuviera justificado.

Otra obra que presenta dificultades es el Intercambiador de Los Cedros, ¿cree que se equivocó al comenzar sin comprar los 21 predios, ya que hay 7 propietarios de 9 terrenos que no aceptaron las ofertas de compra?

En los proyectos de infraestructura que necesitan compra de predios, existe la disyuntiva de si se inicia la obra antes de comprarlos o después. Muchos compran los terrenos y no se hacen los trabajos, entonces invaden los predios. Por esa razón decidimos arrancar e ir comprando los predios, pero la demora no es por eso, sino porque el contratista no tuvo afinidad con el diseño recibido en la Alcaldía de Octavio Cardona el 30 de diciembre del 2019 y que nosotros refrendamos en el 2021, pero yo asumo la responsabilidad porque hoy yo soy el mandatario.

Las obras están frenadas, ¿cuándo van a reanudarlas?

Lo más pronto posible porque logramos que el contratista se fuera, un tipo muy malo que no quería la ciudad y no le interesaba que se avanzara, ahora llegó un contratista manizaleño que tiene experiencia. Ya se está contratando personal y se está buscando habilitar los dos carriles para las ferias. El 10 de enero estimamos que las obras se reanuden.

¿El pico y placa continuará?

Estamos revisando cómo se comportará la ciudad en ferias para tomar decisiones en enero o en febrero dependiendo de cómo se comporte la ciudad y de qué nos indique el estudio de movilidad, si se ha reducido o aumentado el tráfico.