LA PATRIA | MANIZALES

En la misma bolsa están distintos negocios de Manizales tras la entrada en vigencia de la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso: deben asumir los costos de la transición a materiales amigables con el medioambiente.

Ese es el caso de cuatro comerciantes de la capital caldense consultados por LA PATRIA que inician su proceso de adaptación a una medida que implica retos y busca generar nuevos hábitos en los clientes. La prohibición se inició el 7 de julio.

Claridad

Los platos, las bandejas, los cuchillos, los tenedores, las cucharas, los vasos y los guantes de plástico se prohibirán en el 2030.

Conozca más: Plásticos de un solo uso en Colombia: ¿cuáles quedan prohibidos y por qué?

José Osorio, vendedor de frutas picadas

“¿En qué empacar la fruta?”, se pregunta José Osorio, consciente de que en el 2030 no podrá utilizar más los vasos de plástico en los que sirve piña y papaya. “El cartón es más caro que los vasos”, asegura.

Lamenta que nadie le haya explicado en qué consiste la ley que se aplica desde el 7 de julio en el país. Ante esa falta de pedagogía de las autoridades, este vendedor informal apunta a las redes sociales y a su curiosidad como los métodos para informarse al respecto.

John Jaime Franco, dueño de Impreplásticos

La confusión es la actitud más común de los clientes que se acercan a Impreplásticos desde el 7 de julio, según Jhon Jaime Franco.

Más de una vez ha tenido que explicar que no se van a acabar todas las bolsas que produce y que hay distintos plazos para la prohibición.

Desde hace dos años, su negocio se aprieta el cinturón: de los cinco empleados que trabajaban en el local ahora solo queda él.

Con la llegada de la nueva ley, expone: “Mis ingresos se redujeron un 80%, ya nadie quiere comprar bolsas. Este país mueve el 75% de sus productos en plástico. ¿Qué va a hacer el Gobierno con nosotros?”.

Sin embargo, no se da por vencido. Narra que desde hace años produce también bolsas biodegradables y destaca alternativas como la fécula de maíz y el vástago de plátano.

Delma Janeth Álvarez, dueña de Almacén Artesanos Colombianos Gift Shop

Este almacén trabaja con bolsas biodegradables desde hace 11 años por dos razones: para cuidar el medioambiente y para mantener la coherencia con su esencia artesanal.

No obstante, esa filosofía tiene un precio: “Un rollo de bolsa biodegradable cuesta $400 mil. El costo de las bolsas de plástico es muy inferior”, detalla.

Otro reto, según Álvarez, es inculcar en los compradores el uso de bolsas de papel u otros materiales.

Ella comenta que la ley no ha afectado su emprendimiento, pero sí puede hacer que el comercio se replantee los empaques de productos pesados, como la cerámica. “Puede romper las bolsas de papel. Sería una molestia para los clientes”, anota.

Tatiana Gómez Idárraga, dueña de Café Mi País

En el Café Mi País cambiaron el plástico por el bambú en los mezcladores de tinto desde hace unos meses. Eso sí, Tatiana cuenta que el negocio ha tenido que asumir el sobrecosto de este cambio, ya que algunas personas consideran que esto altera el sabor del café.

“Nosotros pedimos mezcladores dos veces al año. Tenemos existencias para dar abasto hasta septiembre, pero ahora utilizamos los de bambú”, agrega.

Además de esa medida, el Café ha optado por utilizar porcelana y vasos de cartón para reemplazar los de plástico. La panadería la empacan en bolsas de aluminio.

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